miércoles, 22 de diciembre de 2010

Gracias…al viento

Sí, tienen razón a nadie le gustan los ventarrones, los días de aires arrebatados en el desierto. Días secos, turbulentos, donde todo el día es un aullido, un chiflido un ulular nocturno. Los que habitamos en estas tierras nos refugiamos en nuestras cuevas y simplemente nos echamos la cobija de la paciencia y esperar que lo comenzado pase. ¿Para qué tanto vuelo y revuelo? Para algo muy sencillo: en las alas poderosas, impetuosas del viento vuelan las semillas que fructifican en la tierra. Sí, gracias al viento, esa unión pasional se convertirá en vida de pastos, arbustos, árboles, frutos y flores del campo. No podía ser de otra manera: El viento es la pasión, la pasión está en el viento. El desierto no sería, pese a todo, tan austeramente hermoso si no es por esos días recios, días de vientos desatados.¡ Gracias al viento !



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