lunes, 30 de mayo de 2011

Un pueblo aquí, otro más allá

Desde hace 500 años el desierto ha sido visitado .Visitado digo, pues las visitas han sido de paso rumbo al Paso del Norte y de ahí a la Tierra Prometida, dicen…
Quienes se asentaron en este desierto lo hicieron sobre infinitas llanuras apaches a quienes despojaron. De ahí la sangre, el polvo, la violencia ancestral que ha mojado a esta arena.
Hoy los tiempos no son diferentes. Los pueblos de ayer y los de hoy en nuestro desierto siguen manteniendo su lazo vinculante a través de la distancia. Un pueblo aquí otro más allá. Ayer poblados unidos  unidos por largas jornadas -en el trasatlántico del desierto- a caballo. Hoy las cintas de asfalto recorren a estas tierras pero la soledad es la misma.  Me siento hermanado con el escritor español[1] quien dijo:

Queda el pueblo en silencio. Las ventanas
han cerrado sus ojos. Pasa el río
más allá del silencio. Dos campanas
y un alto campanario en el vacío.



[1] Enrique Morón, Soledad

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