domingo, 29 de mayo de 2011

Dichoso 3

Mi querido amigo y compañero de escuela cantaba en esos días donde se encontró con la pérdida temprana de su madre y me quedé atónito porque en medio de su dolor podía cantar:

Dichoso quien es dichoso
sin poderse desdichar.
Quien tiene muros de piedra
y raíces de olivar.[1]

Los tiempos del mundo nos interrogan, a prueba nos ponen como el metal en el fuego. Nadie es tan poderoso para arrancarnos la dicha salvo nosotros mismos si renunciamos a ella, a nuestra propia compañía. Como en los grandes llanos del desierto, como en las soledades de la planicie manchega  ¿qué necesita una casa?, ¿qué necesita una vida para ser fuerte y dichosa? : Contar con unos muros de piedra y raíces de olivar. Hondas y recias raíces nos mantendrán de pie ante los vientos del mundo.



[1] Inspirado por Enrique Morón

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