Parte preciosa de nuestra infancia es
haber contado con un padre, una madre, un abuelo que nos contaron algún cuento,
algunos cuentos inolvidables no sólo por la historia sino por el vínculo del
afecto, la cercanía, la sonrisa, el buen talante.
Todo cuento es un viaje y aunque se
vuelva a esa tierra de imaginación uno ya no es el mismo… ni la tierra es la misma. Nuestro buen José
Emilio Pacheco anotó:
Irás
y no volverás.
Sitio
de aquellos cuentos infantiles,
eres
la tierra entera.
A
todas partes
vamos
a no volver.
Estamos
por vez última
en
dondequiera.
Porque cada lugar es como el río de
Heráclito, aunque vuelva a mojarme en él, ya no es el mismo río…ni yo tampoco.
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