sábado, 25 de octubre de 2014

Callejeros





Barone
Un anhelo humano extendido  en el tiempo y en el espacio es tener un techo propio. Desde ahí vemos el mundo o desde ahí le damos la espalda. Sea como fuere, hay algo que queda fuera de ese techo ¿cómo se llama lo de afuera? Tienen nombres diversos como vagabundos, perros callejeros.  Hace miles ,miles de años los perros silvestres fueron domesticados, es decir, pasaron a vivir a la domus, a la casa humana. Tanta confianza y familiaridad tienen con nosotros que, algunos, comen de  la mesa, duermen en la misma habitación, son un miembro de la familia con derechos. Pero están los otros, los que tienen a  la calle por casa y el cielo estrellado por techo. Si a estos pequeños seres un día los domesticamos, los hicimos de nuestra casa ¿no tenemos la responsabilidad de cuidarlos, respetarlos sobretodo cuando son callejeros, los años se les vienen encima,cojean,pasan hambre y nos miran largamente? Todos los seres callejeros  -humanos y domesticados-  nos llaman, unos con susurros y los demás sólo con la mirada. Darme cuenta de esta dimensión ha sido como no sólo ver las hermosas flores y hojas sino también la corteza vieja y quebrada de los árboles. Lo uno y lo otro son parte de la vida.

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