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Bufo,bufo -Bufonidae |
En la maravillosa y misteriosa cadena de la vida cada uno de los
seres que habitamos en este mundo tenemos una función, una tarea, una misión -dirán
algunos. La biósfera esta habitada por bacterias, libélulas, hormigas, vacas, elefantes,
gatos salmones, camellos, colibríes, moscas y también nosotros los auto
llamados seres humanos. Hasta donde sabemos todos los seres de aire ,mar y
tierra ignoran su nombre, pues el nombre se los hemos otorgado nosotros, los
humanos. Uno de ellos es el sapo quien además de ser voz de bajo en el concierto de los sonidos vivos, dedica horas del día a
mantener el equilibrio alimentándose de insectitos que son adversos para otros
seres vivos incluido el ser humano. No hay ni bueno ni malo solamente una
cadena de seres vivos donde unos vivimos de otros y otros vivirán de nosotros -así
que podremos sostener una entrevista con las moscas. Pero vuelvo a los sapos de
vida breve y feliz, con escasos desplazamientos pero gozosos en el agua y
cantores bajo la luna llena. De ellos se dice que brincan y brincan y caen
donde mismo –que es lo contrario de desplazarse, correr y viajar. Ellos ,parece
ser, son seres modestos y sin pretensiones y sospechan que se les toma como
punto de comparación de fealdad al decir: es tan feo que parece un sapo. A mi
me gustan, les tengo cariño y uno de ellos habita en el minúsculo jardín de casa. Mi querido José
Emilio -quien hace un año se mudó a otros mares del cielo, anotó en su álbum:
Lección de estilo: los
sapos
a orillas de su charca
bien sentaditos,
frescos, felices,
con la piel húmeda bajo
el calor del verano,
parecen dar las gracias
por su breve existencia.
La breve existencia que puede ser feliz me hermana con los sapos…
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