lunes, 12 de enero de 2015

En los cielos y en la tierra






Cuando el año nuevo despierta es hora de ponerse en el camino pues la caravana no se detiene indefinidamente. En nuestro invierno boreal del desierto me admiro cada vez que soy testigo del paso de las grandes bandadas de patos y gansos que vienen de norte a sur en busca de cobijo y de sur a norte cuando el tiempo se suaviza. Formaciones armónicas que gozan en su vuelto y en sus alturas. Formaciones que me regalan la alegría de sus evoluciones y de esos lazos que trazan en el aire con una suerte de belleza indescriptible. Patos y gansos que me hacen un guiño y me dejan una sonrisa mientras ellos cruzan las fronteras que los humanos ponemos en tierra, sin necesidad de cargar un tanque de gasolina, llevar un pasaporte y visa, sin preocuparse de tener un manojo de dólares o pesos, ni pedir permiso en las aduanas. No necesitan aprender lengua alguna ni ser bilingües -sólo tienen la alegría de sus cantos, idioma universal. Invierno en el desierto, escenario espléndido de una vida en libertad, en los cielos azules y limpios mientras en la tierra siguen las marchas, los amores, las balas, los llantos , las maldiciones , los quebrantos y las esperanzas para alcanzar lo que parece casi inalcanzable: la convivencia de los seres humanos en paz bajo los cielos…

1 comentario:

Terezerbino dijo...

Gracias Guillermo, por invitarnos a volar en tu bandada, manteniendo la línea de un ser humano sin limites ni fronteras! Feliz año 2015 plenitud de sentido!