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lunes, 12 de enero de 2015

En los cielos y en la tierra






Cuando el año nuevo despierta es hora de ponerse en el camino pues la caravana no se detiene indefinidamente. En nuestro invierno boreal del desierto me admiro cada vez que soy testigo del paso de las grandes bandadas de patos y gansos que vienen de norte a sur en busca de cobijo y de sur a norte cuando el tiempo se suaviza. Formaciones armónicas que gozan en su vuelto y en sus alturas. Formaciones que me regalan la alegría de sus evoluciones y de esos lazos que trazan en el aire con una suerte de belleza indescriptible. Patos y gansos que me hacen un guiño y me dejan una sonrisa mientras ellos cruzan las fronteras que los humanos ponemos en tierra, sin necesidad de cargar un tanque de gasolina, llevar un pasaporte y visa, sin preocuparse de tener un manojo de dólares o pesos, ni pedir permiso en las aduanas. No necesitan aprender lengua alguna ni ser bilingües -sólo tienen la alegría de sus cantos, idioma universal. Invierno en el desierto, escenario espléndido de una vida en libertad, en los cielos azules y limpios mientras en la tierra siguen las marchas, los amores, las balas, los llantos , las maldiciones , los quebrantos y las esperanzas para alcanzar lo que parece casi inalcanzable: la convivencia de los seres humanos en paz bajo los cielos…

viernes, 25 de abril de 2014

Pececillos

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Para muchos de quienes vivimos en el el desierto hemos descubierto lo hermoso que es vivir en esta parte del mundo. ¿Mirada, actitud,develar apariencias, sobrevolar prejuicios y miedos? Sí, de todo un poco para descubrirle el encanto a lo que para otros es el fin del mundo. Es cierto que algunos se van de aquí y te los encuentras en el mar, en el bosque, en una isla o en las calles de grandes ciudades americanas, europeas o mexicanas. Llevan la huella del desierto en el fondo de su ser pero decidieron irse. Este perpetuo migrar de los humanos, de aquí para allá ,de sur a norte o cruzando orillas de ríos ,largos y mares es una constante de nuestra especie. En resumidas cuentas a los aventureros como a los sedentarios hay algo que nos hermana: No tenemos otro mundo al que nos podamos mudar -dijo el Gabo-  Sea que nos guste o no nos guste este es nuestro planeta y en él construimos mundos grandes, medianos y pequeños.  Por más lejos que nos vayamos es como si un pececillo se va de un punto a otro de la misma pecera.