martes, 7 de abril de 2015

Lo inefable,la imagen y la palabra


La fotografía ha revolucionado a los cimientos de la vida humana en nuestros dos últimos siglos. La fotografía es la manera de fijar nuestra mirada sobre el mundo de manera instantánea,como un acto de magia. La pintura es otra mirada, una lenta mirada que lleva tiempo  ser aprendida,un largo tiempo a veces. Por otro lado tenemos a la palabra oral que sale de la boca con facilidad -en la mayor parte de los casos- y no requiere de especial práctica.Sin embargo, hay otra manera de ver al mundo y es a través de la palabra escrita. Escribir es una manera de repensar y volver a sentir y después dejar que salgan las palabras de nuestro interior confiando y deseando que ellas reflejen -como un fiel espejo- a nuestra mirada interna, a nuestro pensar y sentir. Bien visto todo este conjunto de caminos,  me quedo con una conclusión provisional: ni la fotografía, ni la pintura, ni la palabra que conversa, ni la palabra que se escribe pueden reflejar exactamente la riqueza y la complejidad que tiene cada ser humano en su forma de ver,escuchar y sentir al mundo. Todas son felices           aproximaciones a lo que llevamos dentro  -que suele ser en muchos casos- “inefable” ,es decir, algo de lo cual no se puede hablar o no hay palabras ni imágenes que lo reflejen exactamente.

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