sábado, 11 de julio de 2015

Un día al año

Cada pueblo tiene sus predilecciones. Japon tiene en alta estima a la naturaleza y el ciclo eterno de  sus estaciones . La primavera es un acontecimiento anhelado y disfrutado minuto a minuto cuando los cerezos florecen. Multitudes van a contemplarlos en su esplendor y pasan un día de campo inolvidable de regocijo. Sólo una semana dura esa gloria de los cerezos. La evanescencia es el corazón de esa admiración. Esperan un año para recordar puntualmente que todo dura un parpadeo. Ahí reside la belleza de la vida. En otra escala, cada vida humana es tan evanescente como la flor del cerezo cuando la contrastamos con los 13,400 millones de años que el universo lleva en sus espaldas.  

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