Fuente: L´Osservatore Romano |
José Manuel se llama un niño
que padece leucemia aguda. Vive sus días en una área especial del hospital
pediátrico “Federico Gómez” de la Ciudad
de México –un niño entre 800 niños con padecimientos similares. El Papa Francisco y José Manuel se
encontraron en ese recóndito lugar del segundo piso de oncología pediátrica. Ese
encuentro nos permite comprender que junto a los medicamentos y cuidados de
médicos, enfermeras y personal auxiliar está el toque de ese bálsamo potente
que es el cariño que el mismo personal deposita suavemente en el cuerpo y en el
alma dolorida de ese niño y de todos los niños. Ese fue el bálsamo de
Francisco. José Manuel le obsequió la camiseta del equipo universitario “Pumas”
con el número 1 y el nombre Francisco en la espalda –sabedor que el Pastor
visitante es seguidor del San Lorenzo de Almagro en su ciudad natal de Buenos Aires.
La buena noticia es que todos guardamos con nosotros una porción de bálsamo que
espera que lo ofrezcamos a quien más lo necesite.
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