miércoles, 24 de febrero de 2016

Los dos amigos




Ahuehuete -Árbol viejo-
Contó el maestro Don Miguel León-Portilla que se encontraron un maderero de Wisconsin y un indígena mexicano bajo un gran Ahuehuete en la sierra mexicana. Se saludaron y cobijándose bajo su sombra el maderero pensó: Este gigante árbol me puede producir tantos por tantos pies cúbicos de madera que al precio del mercado me darán tantos y tantos dólares. El indígena mexicano  pensó: Este hermoso Ahuehuete lea ha dado vida y sombra a mis abuelos, a mis padres , a mi y a los que vengan. Este viejo ahuehuete es como mi padre y mi madre, gracias a él vivo.

Estas dos visiones de la natura, de lo vivo, del mundo y del ser humano parecieran contrapuestas como el agua y el aceite que no se mezclan. Pero si las dos visiones las han generado humanos ha de haber una manera de conciliarlas como la sabia frase que dice: “El ser humano no debe vivir para comer sino comer para vivir”  Si tomamos de la naturaleza lo suficiente para vivir alcanzará para todos y la naturaleza no sufre ni se desequilibra.

El problema es convertir a la naturaleza en un botín , la  rapiña y ver en ella sólo el valor del dinero  y el dinero que nos puede dar.

¿Dónde y cómo se cambia este mirada y esta actitud? Se cambia en el corazón y el corazón habita dentro de uno, pero se nutre en el hogar, se nutre en la escuela y en la sociedad humana.
¿Cómo son nuestros hogares, escuelas y sociedad? Revisemos el punto y tendremos la respuesta y la guía para la acción.



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