Los humanos sentimos cierta dificultad con
la palabra extranjero. Hay expresiones como aquella: Ser extranjero en la
propia tierra. Imaginemos a un capitalino de la Ciudad de México y se siente
extranjero en los pueblos de tierra adentro o una persona o familia que migra
de Sonora a Yucatán y se sentirá extranjera. El término extranjero se asocia
con extraño y desconocido, con diferente. Lo diferente suele producir una
cierto grado de desconfianza, curiosidad o temor. En estos días en que somos testigos
de la marejada de extranjeros que tocan la puerta de Europa y los discursos de
los candidatos de Estados Unidos -que ven a los mexicanos como extranjeros
aunque viven por generaciones en esa tierra-
se reactiva el tema y sentimiento
de ser ajeno, extranjero. T. Todorov ha comentado este tema con lucidez: “Los
habitantes de un país siempre tratarán a sus allegados con más atención y amor
que a los desconocidos. Sin embargo, estos no dejan de ser hombres y mujeres
como los demás. Les alientan las mismas ambiciones y padecen las mismas
carencias; sólo que, en mayor medida que los primeros, son presa del desamparo
y nos lanzan llamadas de auxilio. Esto nos atañe a todos, porque el extranjero
no sólo es el otro, nosotros mismos lo fuimos o lo seremos, ayer o mañana, al
albur de un destino incierto: cada uno de nosotros es un extranjero en potencia”
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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