Solemos decir que a los humanos nos gusta el dinero, el poder y la fama. Uno de los rostros de la fama es el ser conocido, reconocido, recordado y no olvidado y hasta tener una calle o plaza con tu nombre.
A 30 años de distancia de la partida de nuestro querido Borges recuerdo una profecía no cumplida que nos dejó:
"Dicen que soy un gran escritor,
agradezco esa curiosa opinión
pero no la comparto.
El día de mañana ,
algunos lúcidos la refutarán
fácilmente y me tildarán de
impostor o chapucero o de
ambas cosas a la vez.
No he cultivado mi fama que sería efímera."
Han transcurrido 30 años y a Borges lo queremos
y es un escritor de los más grandes.
Es amigo, maestro de muchos
y nadie le ha tildado de impostor o chapucero
Su fama con los día crece y florece entre nosotros
-porque no la cultivó.
Querido Borges: Gracias por haberse equivocado.
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