martes, 30 de noviembre de 2010

Conocer y conocernos

Está disponible para cualquiera que viva en nuestro desierto boreal el más hermoso escenario nocturno con la cúpula celeste desplegada en su esplendor rutilante. En estas noches cristalinas, purísimas y frías cómo no recordar a Carl Sagan cuando se sentía emparentado, hermanado, identificado con esos puntitos de luz en la oscuridad que le llevaron a decir: en realidad los humanos somos polvo de estrellas. En nuestro ser encontramos los mismos componentes que están en el cosmos desde el origen. Ahora podemos comprender la magnifica profundidad de la expresión de George Wald cuando dijo: La materia ha llegado al punto de empezar a conocerse a sí misma…El hombre es el modo en que una estrella conoce a las estrellas. Participamos realmente de ese polvo cósmico y brillamos metafórica cual estrellas nocturnas. Los poetas han dado cuenta de estas realidades científicas cuando señalan que los seres humanos sentimos ante el mar y ante el océano cósmico nocturno una profunda aspiración, identificación y hasta nostalgia…porque de esas arenas cósmicas procedemos.

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