domingo, 31 de julio de 2011

Tormenta y sol



Los humanos oscilamos en nuestra subjetiva vivencia del tiempo entre dos extremos. Como péndulo impaciente viajamos de un extremo a otro. Si las horas son felices, transcurren como si fueran escasos instantes. Si las horas son angustiosas y doloridas avanzan con una pesadez insoportable -como quien empuja una gran piedra montaña arriba. Para recordarnos una de nuestras fortalezas  Khalil Gibran apuntó para todos nosotros: Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes. Ahí está nuestra confianza inquebrantable. Añado que este texto estaba escrito en una cartelera de una prisión federal. Incluso para quienes cumplen sentencias de por vida el anuncio del poeta no queda en lo literal pues el otro o verdadero sol es interior y brilla para nosotros en la medida en que tomamos una actitud valerosa aún en las circunstancias más adversas. Una prisión federal o un campo de trabajos forzados qué cercanos fueron y siguen siendo.

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