martes, 2 de agosto de 2011

Pajarito


A temprana edad el pequeñito supo qué es la frustración. A temprana edad el pequeñito supo qué es el enojo. Todo fue debido a la costumbre de su padre de tomarle fotografías. Las fotografías pecaban de uno de los tantos pecados comunes en nuestra infancia como decir: los niños los trae la cigüeña, los niños viene de Paris o las mentiras de grandes cuando la moneda se desliza para decir que se devaluó y que viejos, mujeres y niños desangrados son daños colaterales cuando son crímenes con sus ocho letras. El lenguaje está enfermo de eufemismos, de mentiras rebosantes de grosería. Ahora podemos comprender qué pasó con el pequeñito de la fotografía: Mira el pajarito, mira el pajarito[1]. El niño salía con cara de ofendido en las fotos, buscando el dichoso pajarito, decía su padre.




[1] Inspirado por Microversos

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