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domingo, 31 de julio de 2011

Tormenta y sol



Los humanos oscilamos en nuestra subjetiva vivencia del tiempo entre dos extremos. Como péndulo impaciente viajamos de un extremo a otro. Si las horas son felices, transcurren como si fueran escasos instantes. Si las horas son angustiosas y doloridas avanzan con una pesadez insoportable -como quien empuja una gran piedra montaña arriba. Para recordarnos una de nuestras fortalezas  Khalil Gibran apuntó para todos nosotros: Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes. Ahí está nuestra confianza inquebrantable. Añado que este texto estaba escrito en una cartelera de una prisión federal. Incluso para quienes cumplen sentencias de por vida el anuncio del poeta no queda en lo literal pues el otro o verdadero sol es interior y brilla para nosotros en la medida en que tomamos una actitud valerosa aún en las circunstancias más adversas. Una prisión federal o un campo de trabajos forzados qué cercanos fueron y siguen siendo.

domingo, 24 de julio de 2011

Para allá vamos

El polvo que cubre a este planeta errante es el recordatorio de nuestro origen, ese Big Bang o gran explosión. Desde entonces tenemos pleito con el polvo del que venimos y al que vamos. Cierra la puerta, cierra la ventana, gritamos. ¡Que entra el polvo! Al polvo lo tratamos como a la basura, nos da asco como las moscas y le tememos como a un virus. Vernos empolvados nos recuerda nuestro próximo destino y nos enfurece. El polvo, huella finísima de nuestra galaxia hasta en el más recóndito lugar del planeta. Al polvo como a los malos olores se le comabte, no se le tiene la mínima consideración ni compasión. Aspira el polvo, sacude el polvo, limpia el polvo, barre el polvo. Una pseudo victoria, porque el polvo, calladito,vuelve y se posa como fino manto un minuto después. Pronóstico seguro: ganamos algunas batallas -siempre el pobre lenguaje bélico- pero la guerra la tenemos perdida. El polvo calladito se ríe de nosotros y de nuestras obsesiones pues será la sabana que nos envuelva para cuando nos convirtamos en unos cuantos granos mas de polvo y así listos y transformados seguiremos viaje por el aire para posarnos sabe dónde y sepan cuándo.

lunes, 10 de enero de 2011

El tiempo, tormenta de arena

Ha llamado mi atención el siguiente experimento. Se entrevistó a hombres como a mujeres de los 5 continentes y se les dio la lista que está a continuación.
1. ¿Reconoce este nombre?
2. ¿Puede decir si es de hombre o de mujer?
3. ¿Puede decir si estas personas son conocidas por haber recibido algún premio en suvida?
4. ¿Conoce usted alguna obra de alguna de estas personas?

Las preguntas fueron dirigidas tanto a mujeres como a hombres jóvenes y adultos, con estudios pre y universitarios.

Harold Pinter

2004

Toni Morrison

1992

Wole Soyinka

1985

Eyvind Johnson, Harry Martinson

1973

Giorgos Seferis

1962

Halldór Kiljan Laxness

1954

Johannes Vilhelm Jensen

1943

Roger Martin du Gard

1936

Grazia Deledda

1925

Gerhart Johann Robert Hauptmann

1911

Selma Ottilia Lovisa Lagerlöf

1908

Hallazgos:

Una abrumadora mayoría de los entrevistados dijo no reconocer a los nombrados.
Una abrumadora mayoría dudó sobre el género del nombre -si era masculino o femenino-
Una abrumadora mayoría desconoció por completo que esas personas hubieran sido premiadas por algo en su vida.
Una abrumadora mayoría no pudo citar ni una sola obra de las personas citadas.

Cuando los entrevistados preguntaron sobre cuál fue el propósito de la entrevista se le dijo:

Estas personas, en razón de una por cada década, recibió el Premio Nobel de Literatura.
En escasos cien años hasta se duda –por la ambigüedad del nombre si fue hombre o mujer-
En escasos años su obra ha quedado en el desconocimiento y olvido completo.
En su momento y durante un breve tiempo su nombre y su obra fueron escasamente conocidos.

Para terminar, en México se les preguntó a jóvenes de secundaria, preparatoria y universidad que hoy tienen como máximo 20 años de edad y desconocían abrumadoramente quién fue Octavio Paz –el único mexicano premiado con el Nobel en 1990- y en muchos casos no pudieron citar ni una obra suya mucho menos un poema.

Saque usted sus conclusiones, pero una de ellas es ,sin duda, la tarea del tiempo que como tormenta de arena en el desierto cubre todo y borra las huellas de los pasos humanos. Pese a todo, como grandes montañas en medio del llano, a unos señores llamados Homero, Platón, Shakespeare y Cervantes que vivieron hace muchos siglos …se les sigue leyendo.

- Foto. Grazia Deledda. Premio Nobel de Literatura 1925

jueves, 9 de diciembre de 2010

Pausa, respiro

Miro al norte, miro al sur, miro al oriente y miro al poniente. Los tiempos se han tornado rudos
El viento desciende gélido y nos envuelve
La tormenta de arena cubre al desierto

Recuerdo al Buda:

Cuando te queden dos centavos en el bolsillo
Con uno compra pan
Con el otro compra una flor
Sigue caminando.

jueves, 7 de octubre de 2010

¿A dónde vamos?

Playa ánimas se llama una inmensa llanura en nuestro desierto chihuahuense donde los colonizadores españoles se extraviaban mortalmente al ser sorprendidos por las tormentas de arena. Daban vueltas en círculo hasta enloquecer y morir asfixiados. Cada vez que cruzo esas tierras me inunda un sentimiento de respeto y compasión para con esas gentes. Hoy tengo similar sentimiento con nuestra patria mexicana. A un paso de cumplir nuestra patria su bicentenario, veo que unos mexicanos van por el camino recto que les dice su conciencia, otros caminan en círculos viciosos que no virtuosos –de diversa índole-. Otros añoran los tiempos idos como volver a la casa paterna o al vientre materno. Algunos sueñan y esperan los amores de otros tiempos. Al ver tanta ruina humana, tanto dolor, violencia y muertos en nuestra patria pienso que los países no estamos libres de perder el rumbo, temporal o definitivamente. Vamos hacia ninguna parte en medio de nada. Lo que para unos es luz para otros es oscuridad y viceversa. Un país sin acuerdos lleno de ciegos, sordos y cojos y el conductor del tren bordea el abismo. Obstinada apuesta es la mía: que en el último minuto del partido, respondamos con un sí a la vida.