El polvo que cubre a este planeta errante es el recordatorio de nuestro origen, ese Big Bang o gran explosión. Desde entonces tenemos pleito con el polvo del que venimos y al que vamos. Cierra la puerta, cierra la ventana, gritamos. ¡Que entra el polvo! Al polvo lo tratamos como a la basura, nos da asco como las moscas y le tememos como a un virus. Vernos empolvados nos recuerda nuestro próximo destino y nos enfurece. El polvo, huella finísima de nuestra galaxia hasta en el más recóndito lugar del planeta. Al polvo como a los malos olores se le comabte, no se le tiene la mínima consideración ni compasión. Aspira el polvo, sacude el polvo, limpia el polvo, barre el polvo. Una pseudo victoria, porque el polvo, calladito,vuelve y se posa como fino manto un minuto después. Pronóstico seguro: ganamos algunas batallas -siempre el pobre lenguaje bélico- pero la guerra la tenemos perdida. El polvo calladito se ríe de nosotros y de nuestras obsesiones pues será la sabana que nos envuelva para cuando nos convirtamos en unos cuantos granos mas de polvo y así listos y transformados seguiremos viaje por el aire para posarnos sabe dónde y sepan cuándo.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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domingo, 24 de julio de 2011
sábado, 19 de junio de 2010
Un secreto
Hay una edad para aprender algo en la vida y la vida derrama instantes para aprender. Instantes breves como un fósforo en la oscuridad, de corta vida pero intensa vida. Entre las cosas que la vida me ha enseñado es cómo escuchar y para qué callar. A eso le llamamos: secreto. Sí hay secretos que se aprenden de niño y otros cuando se es joven y algunos pocos están reservados para el final de la vida. En el aula universitaria esperando a mi maestro Onorio leí un día a Marguerite y ella me enseñó:
Todo lo que dura es pasajero;
Siento girar la tierra
Y el cielo de astros ligero.
Sí, los astros y los cielos, las muchas galaxias y el cosmos todo, en su inmensidad, en su poder, todo es pasajero allá arriba. ¿No será igual de pasajero aquí y abajo, en medio de estas briznas, en medio de este polvo estelar del que venimos?
-Inspirado por Marguerite Yourcenar
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