Hay una edad para aprender algo en la vida y la vida derrama instantes para aprender. Instantes breves como un fósforo en la oscuridad, de corta vida pero intensa vida. Entre las cosas que la vida me ha enseñado es cómo escuchar y para qué callar. A eso le llamamos: secreto. Sí hay secretos que se aprenden de niño y otros cuando se es joven y algunos pocos están reservados para el final de la vida. En el aula universitaria esperando a mi maestro Onorio leí un día a Marguerite y ella me enseñó:
Todo lo que dura es pasajero;
Siento girar la tierra
Y el cielo de astros ligero.
Sí, los astros y los cielos, las muchas galaxias y el cosmos todo, en su inmensidad, en su poder, todo es pasajero allá arriba. ¿No será igual de pasajero aquí y abajo, en medio de estas briznas, en medio de este polvo estelar del que venimos?
-Inspirado por Marguerite Yourcenar
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