viernes, 18 de junio de 2010

Río y puente

Llegó mi maestro Onorio. Unos 100 pares de ojos y de oídos lo esperábamos, claro no todos abiertos ni para ver ni para escuchar pero todos, al menos, sentados. Ese día nos sorprendió, me sorprendió, con este ejercicio para la imaginación. Nos dijo: Imaginen un puente por un segundo. Ya lo tienen en su mente (grande o pequeño de piedra o madera, de metal o de cuerdas, largo, corto, alto, bajo, hermoso o rustico) Ahora imaginen un río por un segundo. Ya lo tienen es su mente (grande o pequeño, ancho o estrecho, profundo o superficial, transparente o turbio, lento o rápido) A continuación, nos pidió que jugáramos con esos dos elementos: río y puente, puente y río. Para terminar nos pidió que escribiéramos una brevísima oración en un pedacito de papel. Ese pedacito de papel escrito por mí hace más de 40 años dice hoy así: Tú el río y yo el puente. Tú el puente y yo el río. Expresión profética, destino críptico entonces, de lo que ha sido mi vida hasta ahora cuando fluyen ante mi mirada las personas que he conocido, apreciado y amado en este mundo mientras …navego.

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