miércoles, 10 de julio de 2013

Finis Terrae







Desde el amanecer del ser humano en el mundo comenzó el gusto, la necesidad, la curiosidad por descubrir ¿ ¿Qué hay en la otra orilla del río ¿Qué hay en lo alto de la montaña? ¿Qué me espera donde la tierra se detiene y comienza el mar?  Ahí nació el concepto latino de Finis Terrae. Andando los años el Finis Terrae cobró importancia pues se consideró a la Tierra como una tabla plana. Los cabos, las penínsulas, las puntas en toda la geografía costera del mundo llaman la atención poderosamente.  Ir afanosamente hasta donde  la tierra termina y comienza el mar, allá donde  el viento se da la media vuelta es un llamado casi irresistible. Entre todos esos finales que se transforman en comienzos existenciales, está el faro costero del Finis Terrae a 35 kilómetros de Santiago de Compostela. Quemar algo de la propia ropa, un ritual ancestral para dejar los hábitos de la vieja vida y cambiar de piel aunado a un baño en el mar como un nuevo nacer es  parte del encanto por llegar a la orilla final  de la tierra. La gente de nuestro desierto es familiar con las caminatas ,con los recorridos callados que nos permiten hacer consciente que todo fin es un nuevo comienzo pues vivimos en un redondo y hermoso planeta donde aprendemos a comprender que hablar de comienzo y de final es lo mismo.  

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