la piel de una
persona se puede estirar para simular juventud y
usar ropa cara
para simular riqueza o 
acumular datos
para simular conocimientos 
pero al cabo
de la tarde de la vida sucede lo que el buen Jorge Luis Borges vio con su
mirada interior: 
Al
cabo de los años, un hombre puede simular muchas cosas pero no la felicidad. 
Simular es arte fallida; representar
algo, imitando o fingiendo lo que no es.

 
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