Cruzar o no cruzar el Rubicón
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GPH |
Cruzar o no cruzar el río Rubicón (cuyo
nombre deriva del color parecido al Rubí por las arcillas de su lecho) fue el dilema de Julio César. Lo cruzó con su
ejército diciendo en voz alta: ¡La suerte está echada! –Alea jacta est- Fue una aventura intrépida y riesgosa. De su
lado estaba el territorio romano ,del otro lado la Galia. Cruzar significaba enfrascarse en la guerra. Con este antecedente del combate el
entrenador Sabella de Argentina se refirió al partido ganado ante los belgas.
Hemos cruzado el Rubicón. Veremos que nos espera ahora. Lo que está en la otra
orilla es el combate futbolístico con Holanda. Más allá del resultado en goles, me llama la atención cómo las gestas de los valientes pasan a la historia y son
inspiradoras para nuevas aventuras en otros campos como es el fútbol. Pese a
todos los avances las guerras y los partidos de fútbol se planean pero del
dicho al hecho hay mucho trecho. Se dice que la guerra es un arte como el fútbol
y no una ciencia pues casi todo puede suceder y esa es la constante. Los
partidos “más seguros” terminan a veces en un fiasco impensable noventa minutos
antes. Lo que queda de este recuerdo es que estando ante el Rubicón o lo cruzas
o no lo cruzas, lo terrible es quedarse a la mitad del río.
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