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sábado, 14 de marzo de 2015

Las nuevas tierras



Desde que el ser humano aparecio sobre la piel de nuestro planeta nos ha caracterizado la pregunta: ¿Qué hay más allá? . Más allá de estos montes, al otro lado del río, más allá del desierto y del mar. Así como ser libre exige dejar atrás algunas esclavitudes, así el descubrir algo exige dejar atrás comodidades, miedos, temores. Ese es es el precio.  André Gide anotó en su cuaderno: La gente no puede descubrir nuevas tierras hasta que tenga el valor de perder de vista la orilla.


-Inspirado porAndré Gide


martes, 8 de julio de 2014

Cruzar o no cruzar el Rubicón



GPH
Cruzar o no cruzar el río Rubicón (cuyo nombre deriva del color parecido al Rubí por las arcillas de su lecho)  fue el dilema de Julio César. Lo cruzó con su ejército diciendo en voz alta: ¡La suerte está echada! –Alea jacta est-  Fue una aventura intrépida y riesgosa. De su lado estaba el territorio romano ,del otro lado la Galia. Cruzar  significaba enfrascarse en la guerra.  Con este antecedente del combate el entrenador Sabella de Argentina se refirió al partido ganado ante los belgas. Hemos cruzado el Rubicón. Veremos que nos espera ahora. Lo que está en la otra orilla es el combate futbolístico con Holanda. Más allá del resultado en goles, me llama la atención cómo las gestas de los valientes pasan a la historia y son inspiradoras para nuevas aventuras en otros campos como es el fútbol. Pese a todos los avances las guerras y los partidos de fútbol se planean pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Se dice que la guerra es un arte como el fútbol y no una ciencia pues casi todo puede suceder y esa es la constante. Los partidos “más seguros” terminan a veces en un fiasco impensable noventa minutos antes. Lo que queda de este recuerdo es que estando ante el Rubicón o lo cruzas o no lo cruzas, lo terrible es quedarse a la mitad del río.





domingo, 25 de noviembre de 2012

La Odisea galáctica




Una vuelta del sol a nuestra Via Láctea = 200 millones 
El viaje de Ulises desde Grecia hasta su isla de Ítaca es el símbolo de todo viaje preñado de aventuras, desafíos e imponderables que se presentación en la navegación humana. Podemos establecer el punto de partida y el punto de llegada y hasta aventuramos caculos de tiempo, velocidad y fecha de arribo al puerto. La realidad suele ser otra pues a Odiseo le llevó diez míticos años llegar a casa. Nuestra vida no es  más que una redición de la Odisea de Homero . En otro plano nuestro pequeño planeta azul también inició una viaje  hace millones de años alrededor del sol y le lleva 365 días circunvalarlo. Pero ¿qué decir del mismísimo sol? El también tiene su propio viaje alrededor de nuestra inmensa Vía Láctea a la que pertenecemos que le lleva 200 millones de años para completar una vuelta completa. ¿Pero que sucederá un día en esa navegación galáctica? Con certeza no lo sabemos. Lo que sí podemos aventurar que todo viaje en la tierra o en los cielos tiene desafíos, riesgo e imponderables. Las cifras son casi inimaginables y nos ayudan a devolvernos a la consciencia de nuestra propia estatura. La odisea galáctica es un tema de meditación que nos será  de gran ayuda a lo largo de nuestro camino.