sábado, 11 de abril de 2015

El fuego



¿Qué hace la diferencia entre querer seguir viviendo y querer morir,entre  conservar la vida a toda costa y dar la vida para los demás? Esta pregunta es una , entre muchas preguntas que se han expresado alrededor del lamentable accidente aéreo de Germanwings. El piloto va al sanitario aquejado por la necesidad urgente  -provocada por el copiloto-  En su ausencia, el copiloto toma el mando modifica el curso, aumenta la velocidad ,pone al avión en picada mirando a los Alpes franceses. El piloto vuelve a la cabina de control, pero la puerta está cerrada desde dentro,le es imposible evitar el desenlace. El impacto  pulveriza todo lo vivo e inanimado.150 vidas. El copiloto vivió con una depresión atendida con fármacos.Nadie -que no fuera él mismo- evitó tal decisión. Ríos de tinta real y virtual han corrido sobre el suicidio a lo largo de la historia humana. Es ,en parte, un misterio y como tal sólo es comprensible parcialmente y la cara oculta nos es insondable. Así como llegamos a dar la vida para salvar a otros ,también podemos decidir sobre nuestra existencia  y terminarla -acudiendo a una de trescientas formas de morir documentadas al respecto- Esta historia conlleva una nota distintiva :es un suicidio y homicidio combinado. El suicidio solitario es el más común, pero nunca deja de imprimir una huella honda y duradera en muchas otras vidas. Mientras escribo esta carta,en las próximas veinticuatro horas 112  seres humanos decidirán terminar sus vidas en Estados Unidos haciendo un total de 41 mil muertes al año. ¿Cuánto es el total de nuestro mundo?. Dijo Einstein que la noche no existe, como tal, sino que es la consecuencia de la disminución de la fuente de luz. Vivir y el símbolo del vivir fue descubierto en las cavernas primigenias: el fuego.   Desde hace unos 150 mil años, la tarea humana fundamental es : conservar  el fuego ,amorosamente, hasta que llegue el día en que apaciblemente de su último destello.






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