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domingo, 25 de septiembre de 2016

Sigue latiendo

En la clase de anatomía   aprendimos cuánto mide y pesa un ser humano,
cuántos huesos tiene,
cuántos órganos vitales,

¿cuántos latidos da el corazón?

¡El corazón!

-no el corazón que se enamora, sangra y goza, sino 
esa bomba impulsora de sangre...

alguien de nosotros dijo 60 veces por minuto y otro 70 y así para arriba.

pero una compañera  oriental de ojos,  reincidió en lo poético y propuso:

"El peso de tu corazón es igual a... 

(Respuestas...)

-- una pluma - cuando estás feliz
-- un océano - cuando está triste
-- un camión viejo en un camino polvoriento - cuando estás enojado
-- una brillante nube de verano - cuando estás soñando"


-Inspirado por Y. Ono







lunes, 8 de febrero de 2016

Sobrepeso




Estuve en un pequeño aeropuerto y un letrero me encontró en la cafetería.
El  “sobrepeso”  en el equipaje le pesa a nuestros  pasajeros
Pero hay otro sobrepeso que cargamos a diario:

Sobrepeso de cosas causa vacío
Sobrepeso de ideas, confusión
Sobrepeso de pasado ,depresión
Sobrepeso de presente, tensión
Sobrepeso de futuro, ansiedad
Sobrepeso de control, rebelión

¿cómo anda su peso?





jueves, 10 de septiembre de 2015

El peso y la ligereza




Las aves, los mamiferos muestran una cualidad que nos hermana. Ellos y nosotros no siempre alcanzamos nuestro propósito. Observemos a los animales cómo intentan una y otra vez después de haber fallado, haberse estrellado o como decimos familiarmente haber fracasado en su intento. Los animales prueban una y otra vez diversas estrategias para cazar, hacerse de alimento,hacerse de seguridad ,criar,descansar,etc. Para ellos es natural intentar, aproximarse, hasta llegar a su propósito.  He aprendido de nuestros hermanos menores lo siguiente: cuando estamos solos, con nosotros mismos, los humanos reconocemos y aceptamos fácilmente nuestras frustraciones y la falla en nuestros resultados. El llamado ‘fracaso’ tiene un 95%  de ‘peso’ originado en las ‘opiniones’ de los demás sobre nuestras acciones y resultados. He ahí la diferencia,  por eso nuestros hermanos menores no se deprimen, no toman antidepresivos, no se auto llaman perdedores, fracasados, mediocres, no se auto denigran ‘etiquetándose’ despectivamente. Tienen integrado en su ‘ser así’ que la vida es acierto y error  tal como como aceptan que al día le sigue la noche y a la noche le sigue el día. Aún no conozco un solo león deprimido por envidiar la ligereza de un colibrí ni a un colibrí que envidie la melena  y el rugido del león.