martes, 12 de octubre de 2010

Los cuerpos

Tengo un amigo muy viejito y muy futbolero y muy sabio y por tanto muy observador. Comentando sobre la belleza del futbol descubrimos que así como los balones o pelotas de futbol de los primeros tiempos estaban hechos de parches de cuero cocido así son varios los ángulos de percepción sobre esa fiesta que es el futbol. Para algunas personas parece que todo se centra en el balón o en el dinero. Para nosotros, comentadores aficionados de esa fiesta, es el cuerpo el centro de la fiesta del balón. Sí, el cuerpo de lo muchachos que es capaz de correr diez kilómetros en los 90 minutos, el cuerpo que en su plasticidad se enrolla, se tuerce y retuerce, se estira y se contrae, todo en cuestión de un parpadeo. Es el cuerpo, es su impredecible movimiento, la magia de este deporte. Veamos a un portero en acción, veamos a un delantero imparable aproximándose al instante del disparo convertido en gol. Imaginemos un tiro de esquina que impacta en la cabeza de un jugador y lo convierte en el más espectacular remate que deja frío al portero. El cuerpo es el asunto, del cual dijo poéticamente nuestro buen Eduardo Galeano: La Iglesia dice: El cuerpo es una culpa. La ciencia dice: El cuerpo es una máquina. La publicidad dice: El cuerpo es un negocio. El cuerpo dice: Yo soy la fiesta... El cuerpo del futbol es una fiesta, en esa fiesta gritamos, reímos, lloramos, cantamos y nos divertimos sea ganando, sea perdiendo, pues el alma del futbol no es ganar o perder sino jugar, divertirse y fraternizar.

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