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domingo, 3 de julio de 2016

Ganar perdiendo

Una de las paradojas humanas más notable dice: 
a veces se pierde ganando, 
a veces se gana perdiendo. 
Lo sabio es encontrar la diferencia.


Tomos dos breves historias del mundo futbolístico.

Un pequeño pais como Islandia ,que no sobrepasa los 300 mil habitantes, conformó una selección de fútbol que ,dirigida por un hombre que lo dio todo como entrenador antes de jubilarse, dio la sorpresa de llegar hasta la penúltima puerta de la la Eurocopa 2016 por primera vez en toda su historia.  Ese equipo luchó, sudó, se esforzó hasta la raya, hasta el límite heroico y pese a llevar 5 goles en contra de Francia, la favorita, sacó fuerzas de flaqueza y anotó dos hermosos goles que le merecieron el aplauso de sus delirantes compatriotas y de los anfitriones por igual. Vuelven esos muchachos a su isla perdida en el brumoso y frío Atlántico norte coronados por la hazaña realizada allá en tierra firme , en el viejo continente.Ganaron perdiendo.

En este 2016 se ha jugado la Copa América Centenario -el campeonato más viejo del mundo- y se ha coronado Chile quien ganó a Argentina en tanda de 'penalties' . Sin regatearle nada al campeón  la voz popular dijo: Argentina preparó el asado y llegó el vecino y se lo comió. La figura a destacar fue el desconsolado Lio Messi estrella de primera magnitud indiscutible en el futbol mundial. El fue parte importante de su equipo mas  no fue el equipo. Secándose las lágrimas declaró que ante todo lo sucedido -más lo precedente- el renunciaba a seguir con la selección argentina en el futuro. A partir de ese momento Argentina comenzó un doble duelo por escapárseles de la mano la victoria -por segunda vez consecutiva-  y por la partida de su amado "Lio". Los periódicos, noticieros, redes sociales y videos protagonizados por niños, ancianos, mujeres coincidían en una cosa: "Volvé ,volvé Lio, te queremos, te necesitamos no te vayas" Así fue refrendado ante el  'Obelisco' por una multitud humana espontánea.     Caso por demás notable donde una parte del pueblo expresa sus sentimientos hondos y  le pide a alguien, en la derrota,   que se sienta querido, apreciado.  Confieso que no pude evitar hacer la traslación y preguntarme ¿Cuándo un pueblo nuestro en la historia reciente ha pedido, por aclamación, que uno de sus gobernantes no se vaya, que se quede, que se sienta amado por su pueblo?

A veces se pierde ganando, 
a veces se gana perdiendo. ..  



lunes, 4 de enero de 2016

Salir ganando




A lo largo de los 365 días de cada año se suceden competencias deportivas en el mundo entero y competencias de negocios, de dineros bien y mal habidos. ¿Y que se pretende con ello? Ganar, sí, ganar y sacar una ventaja , crear una distancia incontrovertible. Pero en el mundo de las nuestras relaciones entre seres llamados humanos las cosas son diferentes. Pensemos entre el hombre y la mujer, entre padres e hijos, entre hermanos. Después de una atenta observación , de una escucha larga y pausada, podemos apuntar a una conclusión  -que James  Rhodes, un sobreviviente infantil  del maltrato y pianista anotó sabiamente-   “Lo que más deteriora una relación es tratar de salir ganando”  Alguien dirá que es una versión nueva de la voluntad de poder. Puede que tenga razón, pero en cualquier caso, queda de manifiesto el carácter corrosivo de nuestra actitud que pagará caro las consecuencias. Vencer al Tú  para llegar a amarnos es como caminar en la arena de nuestro desierto y no querer dejar huellas.


miércoles, 9 de julio de 2014

Efecto cascada





¿Alguna vez nos ha acontecido que al sacar un libro, un  plato o una taza, se nos ha venido encima todo  el armario? Le llamamos el efecto cascada. Ya sabemos cómo sigue la escena: levantar los pedazos, las hojas sueltas y volver a empezar. Hubo una causa, tal vez insignificante pero detonó un efecto multiplicado y multiplicador -una cadena de consecuencias. Esa pequeña o pequeñas causas tienen que ser identificadas para poner el adecuado remedio. Así veo, con innegable dolor y tristeza que el dueño de casa, el que se lavó la cara, barrió el patio y sirvió la mesa, terminó  por el suelo arrollado, abatido, sin saber de dónde le llegó de forma apabullante y desbordada una andanada de 7 goles. Sólo le alcanzó la fuerza   para que un muchachito llamado Oscar hiciera un gol bastante decente que dejó sentado al portero Neuer  –quien gozaba pensando que se iría invicto. En nuestra alma latina ,sabemos que lo que sucede en la cancha se reproduce viralmente fuera de ella. Si ganamos los festejos son intensos, sonoros y las plazas se llenan. Pero lo contrario también sucede y en el caso brasilero el tsunami alcanzará, espero equivocarme rotundamente,  niveles de depresión,pesimismo, descontento y hostilidad colectiva, algunos actos llamados vandálicos como expresión de la frustración masiva. Más aún, opinan algunos  analistas, que  los daños golpearán  a los gobiernos locales y al federal. El efecto cascada de un juego de futbol que se sentirá largamente en la memoria afectiva y colectiva de nuestros queridos amigos y hermanos brasileiros.

miércoles, 11 de junio de 2014

De fútbol




GPH
Cada cuatro años el mundo se detiene por unas horas ,por unos días, para entrar en otro nivel de conciencia y se vuelca a la cancha de fútbol. ¡Qué cita! No importa dónde se  juegue el  campeonato mundial que ahí se reunirán seres de los 4 puntos del globo terrestre. Los demás miraremos en el televisor las imágenes cada vez más realistas hasta percibir la  lágrima irrefrenable del que pierde, la gota de sudor del que se juega todo en el último minuto y los dientes blanquísimos de quien grita con el alma el gol, ese gol decisivo, que le convierte en campeón indiscutido para los próximos cuatro años. Siempre habrá un jugador y un gol que haga la diferencia para la historia. Todo se da alrededor de una réplica miniatura de nuestro mundo ,llamado pelota, que vuela y vuela. El origen y destino de la pelota es no estarse quieta. Ahí reside la magia y de ahí la frase de Ángel Capa: La pelota es el único que no suda en un partido, que corra ella . Lo más temido, lo terrible lo vive quien  cuida la portería –tan importante como el vigía de una nave, el vigilante en la puerta del castillo. Su gloria o su tragedia se observa al final del partido y así anotó Javier  Clemente: Si un portero no llega al vestuario lleno de barro, no es un buen portero





domingo, 29 de diciembre de 2013

Ganar,perder

Pocas horas quedan para que esta etapa del viaje dentro del viaje de la vida...llamada Año 2013,transite. Una mirada atenta para este tiempo vivido me revela que he viajado frecuentemente. Viajes cortos, viajes largos, viajes. En esos viajes la vivencia del tiempo la he percibido "elástica" pues algunas horas las viví como si fueran segundos y algunos segundos como si fuera días. No es el tiempo cronológico -kronos-  sino el tiempo interior lo que cuenta, el valioso "kairós" de los griegos. En este año, en estos viajes, he descubierto lo que otros sabios seres humanos han señalado:  Hay dos tipos de personas, las que te hacen perder el tiempo y las que te hacen perder "la noción del tiempo". Esos seres , los últimos, se muestran generosos, encantadores, amigables, con una conversación que te nutre y te entusiasma, son amorosos y su mesa y su sobremesa nos hacen volar en las alas del no-tiempo. A quienes me hicieron perder el tiempo también les agradezco su enseñanza - para valorar lo que es un instante que no volverá.

domingo, 13 de octubre de 2013

Percepciones





Ver o mirar, oír o escuchar, es una dupla sensorial que me remite al humanísimo tema de las percepciones que sobre la llamada realidad podemos tener o no tener. Solemos quedarnos en un extremo del dilema  y ,por otro lado, podemos aprender una forma integradora que diga : no sólo veo sino también miro, no sólo oigo sino también escucho. Lo común es perdernos de los aspectos más valiosos de la vida y así lo señaló Don Ata[1]  inspiradamente:

Para el que mira sin ver,
la tierra es tierra nomás.
Nada le dice no la Pampa
ni el arroyo ni el sauzal.


[1] Atahualpa Yupanqui, Cerro Colorado

lunes, 4 de julio de 2011

Una forma de ganar


Pasó lo que a veces suele suceder. Lo que un día comenzó en otro día terminó. No olvidemos que cada cual tiene su estilo de comenzar y terminar algo, lo que sea. Cuando ellos terminaron fue sui generis y excepcional en tiempos violentos. Él terminó el último sorbo, largo y sentido, de café. Se levantó, tomo su abrigo y partió. Han pasado muchas lunas desde entonces y a ese amigo lo reencontré y fuimos a beber una taza de café como  en aquel entonces. Le pregunté cómo sentía el final de su historia y después de una pausa extendida en la memoria me dijo: A veces, irse es un acto de poder mucho más grande que defender y aferrarse. Esta frase emblemática en la vida de mi amigo me recordó a otra frase que escuche hace muchos años cuando llegué a este desierto. Un viejo ranchero le dijo a su atribulado hijo: Que no le gane la angustia, que no lo ahorque. Recuerde que a veces se gana perdiendo. Nunca he olvidado ese extracto, ese elixir paradójico de sabiduría: Si, a veces se gana…perdiendo.

martes, 12 de octubre de 2010

Los cuerpos

Tengo un amigo muy viejito y muy futbolero y muy sabio y por tanto muy observador. Comentando sobre la belleza del futbol descubrimos que así como los balones o pelotas de futbol de los primeros tiempos estaban hechos de parches de cuero cocido así son varios los ángulos de percepción sobre esa fiesta que es el futbol. Para algunas personas parece que todo se centra en el balón o en el dinero. Para nosotros, comentadores aficionados de esa fiesta, es el cuerpo el centro de la fiesta del balón. Sí, el cuerpo de lo muchachos que es capaz de correr diez kilómetros en los 90 minutos, el cuerpo que en su plasticidad se enrolla, se tuerce y retuerce, se estira y se contrae, todo en cuestión de un parpadeo. Es el cuerpo, es su impredecible movimiento, la magia de este deporte. Veamos a un portero en acción, veamos a un delantero imparable aproximándose al instante del disparo convertido en gol. Imaginemos un tiro de esquina que impacta en la cabeza de un jugador y lo convierte en el más espectacular remate que deja frío al portero. El cuerpo es el asunto, del cual dijo poéticamente nuestro buen Eduardo Galeano: La Iglesia dice: El cuerpo es una culpa. La ciencia dice: El cuerpo es una máquina. La publicidad dice: El cuerpo es un negocio. El cuerpo dice: Yo soy la fiesta... El cuerpo del futbol es una fiesta, en esa fiesta gritamos, reímos, lloramos, cantamos y nos divertimos sea ganando, sea perdiendo, pues el alma del futbol no es ganar o perder sino jugar, divertirse y fraternizar.