lunes, 4 de julio de 2011

Una forma de ganar


Pasó lo que a veces suele suceder. Lo que un día comenzó en otro día terminó. No olvidemos que cada cual tiene su estilo de comenzar y terminar algo, lo que sea. Cuando ellos terminaron fue sui generis y excepcional en tiempos violentos. Él terminó el último sorbo, largo y sentido, de café. Se levantó, tomo su abrigo y partió. Han pasado muchas lunas desde entonces y a ese amigo lo reencontré y fuimos a beber una taza de café como  en aquel entonces. Le pregunté cómo sentía el final de su historia y después de una pausa extendida en la memoria me dijo: A veces, irse es un acto de poder mucho más grande que defender y aferrarse. Esta frase emblemática en la vida de mi amigo me recordó a otra frase que escuche hace muchos años cuando llegué a este desierto. Un viejo ranchero le dijo a su atribulado hijo: Que no le gane la angustia, que no lo ahorque. Recuerde que a veces se gana perdiendo. Nunca he olvidado ese extracto, ese elixir paradójico de sabiduría: Si, a veces se gana…perdiendo.

No hay comentarios: