Mostrando entradas con la etiqueta Angustia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Angustia. Mostrar todas las entradas

jueves, 4 de febrero de 2016

En el cielo, en la tierra



En la tierra
El camión de la basura pasa cuando quiere y como puede
La justicia no tiene un día, se hace esperar
Las oficinas de gobierno son el vuelva el lunes
La última copa y nos vamos, decía cada vez

En el cielo
Cada copo de nieve cae donde tiene que caer
El sol no se pone ni antes ni después
Todos los ríos llegan al mar
Por largo que es nuestro invierno llega la primavera

Desde siempre el cielo está arriba
Desde siempre la tierra está abajo
Si la ansiedad, la angustia  y el miedo nos visitan
Vemos larga, pausadamente hacia arriba, respiramos
El puente entre el cielo y la tierra, respirar con el alma.


domingo, 12 de abril de 2015

La pregunta




Mi tía pasaba un mes en la playa del Pacífico sur durante cada año. Para tomar el sol solía quitar su sortija de boda y ponerla sobre una toalla junto a su camastro. Un día se quedó dormida y despertó sobresaltada pues una ola grande  barrió con todo a su paso y se engulló su toalla y la sortija. La inundó la tristeza, y cada tarde le preguntaba al mar para qué se había llevado su sortija.La pregunta iba y venía,flotaba y reventaba como las olas.Guardó su secreto.Así vivió dos años.En el verano del tercer año y siguiendo su costumbre bajó a la playa a tomar el sol.   Se quedó dormida y después de un cierto tiempo la frescura de una ola tocó sus pies y la despertó son sobresalto. Se incorporó y distinguió el brillo de su sortija que asomaba en la arena. Hace muchos años mi tía me confió su historia. ¿Cuál fue el sentido de tu pregunta y qué respuesta te dio el mar?,le pregunté. “…lo que yo decía ‘es mío' es prestado por la vida. El mar me lo dio,el mar lo tomó y  mi sortija no se 'aniquiló' sólo se volvió invisible a mis ojos, cambió de lugar. Necesité tres años para aprender y aceptar esta dimensión y cuando llegó el tiempo oportuno… volvió a mis manos. Antes de partir esta sortija pasará a mi nieta que es bióloga marina'

domingo, 7 de septiembre de 2014

Desterrados

R Alberti
Para los seres incontables que amamos el mar, cada regreso es un gozo y no importa la espera hasta que llega el día en que sentimos la sal en el aire, el viento, el sol y las olas nos arropan con su abrazo primigenio. También sucede lo contrario. Ser desterrado del mar y llevado tierra adentro. La misma angustia del pez fuera del agua. Caso similar los migrantes desarraigados por la fuerza del hambre, el odio de la guerra o la represión política. De estos sentimientos dio cuenta el hombre niño que fue Rafael Alberti y que hoy suena tan fresco y nuevo como es el mar eterno.  “…El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre, 
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste 
del mar?
En sueños la marejada 
me tira del corazón; 
se lo quisiera llevar.
 Padre, ¿por qué me trajiste 
acá? Gimiendo por ver el mar, 
un marinerito en tierra 
iza al aire este lamento: 
¡Ay mi blusa marinera; 
siempre me la inflaba el viento
 al divisar la escollera!



sábado, 25 de enero de 2014

Dicen los que saben que las necesidades de los seres humanos van mucho más alla del consabido comer, beber, dormir, y que en otro orden de cosas más sutiles tenemos la necesidad de pertenecer a diferentes grupos humanos  -comenzando por nuestra familia de origen-  y en esos grupos podamos participar y consiguientemente ser aceptados, reconocidos y hasta  queridos.  La pregunta que le preocupa a no pocos seres humanos es ¿qué sucede si me rechazan?  Surge el sentimiento angustioso de no caerle bien a un conjunto de personas. ¿Que puedo hacer?  le preguntó un niño de 8 años  a su mejor amigo y la respuesta contundente fue: No te angusties si no le caes bien a todos que ni Dios le cae bien a todos… Sabiduría que encierra la necesidad de hacer cambios en nuestra manera de pensar -entre otros cambios importantes.

lunes, 5 de agosto de 2013

Ausencia






Añadir leyenda
Hay diferentes experiencias  del vacío existencial en nuestra vida humana. Uno de los más frecuentes es  la ausencia. Cuanto más cercano y querido el ser, más sentida su presencia y su ausencia. El amor en todas sus manifestaciones tiene una gran prueba que superar cuando se presenta la ausencia –sea física por la distancia o por los sentimientos y las emociones. La literatura, las letras de las canciones y las películas dan amplia muestra de la ausencia como uno de los estados anímicos más difícil de sobrellevar. La ausencia suele vivirse angustiosamente como un naufragio cuando el ser amado se va de este mundo visible. Nuestro querido JL Borges  nos regaló dos líneas luminosas al respecto: Tu ausencia me rodea como la cuerda a la garganta, el mar al que se hunde[1]








[1] Inspirado por  J L Borges en @literaturainba

domingo, 10 de marzo de 2013

Nos separan y nos unen







Las ideologías son  interminables razonamientos  y dado que son ideas, ocurrencias, suelen convocar, llamar y causar discusiones interminables cargadas de todos los sentimientos que lleva uno en ese momento. Las ideologías se prestan , a veces, como el cerillo que siendo muy pequeño puede iniciar un  gran fuego, un incendio hasta reducir a un bosque a simple ceniza que el viento se lleva. Le  estoy agradecido al gran Eugene Ionesco una por una mínima frase de gran valor:  Las ideologías nos separan, los sueños y la angustia nos unen.

lunes, 4 de julio de 2011

Una forma de ganar


Pasó lo que a veces suele suceder. Lo que un día comenzó en otro día terminó. No olvidemos que cada cual tiene su estilo de comenzar y terminar algo, lo que sea. Cuando ellos terminaron fue sui generis y excepcional en tiempos violentos. Él terminó el último sorbo, largo y sentido, de café. Se levantó, tomo su abrigo y partió. Han pasado muchas lunas desde entonces y a ese amigo lo reencontré y fuimos a beber una taza de café como  en aquel entonces. Le pregunté cómo sentía el final de su historia y después de una pausa extendida en la memoria me dijo: A veces, irse es un acto de poder mucho más grande que defender y aferrarse. Esta frase emblemática en la vida de mi amigo me recordó a otra frase que escuche hace muchos años cuando llegué a este desierto. Un viejo ranchero le dijo a su atribulado hijo: Que no le gane la angustia, que no lo ahorque. Recuerde que a veces se gana perdiendo. Nunca he olvidado ese extracto, ese elixir paradójico de sabiduría: Si, a veces se gana…perdiendo.