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GPH |
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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domingo, 4 de mayo de 2014
Tener
lunes, 5 de agosto de 2013
Ausencia
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Añadir leyenda |
Hay diferentes experiencias del vacío existencial en nuestra vida
humana. Uno de los más frecuentes es la ausencia. Cuanto más cercano y querido
el ser, más sentida su presencia y su ausencia. El amor en todas sus
manifestaciones tiene una gran prueba que superar cuando se presenta la
ausencia –sea física por la distancia o por los sentimientos y las emociones. La
literatura, las letras de las canciones y las películas dan amplia muestra de
la ausencia como uno de los estados anímicos
más difícil de sobrellevar. La ausencia suele vivirse angustiosamente como un naufragio
cuando el ser amado se va de este mundo visible. Nuestro querido JL
Borges nos regaló dos líneas luminosas
al respecto: Tu ausencia me rodea como la
cuerda a la garganta, el mar al que se hunde[1]
domingo, 28 de julio de 2013
Navegantes
La montaña para el montañés, el mar para
el marinero, el aire para el aviador. Son los elementos primigenios e
inspiradores de la vida, el trabajo y el amor con sus venturas y desventuras.
Una gran mujer[1],
familiarizada con el mar y sus secretos ,anotó
para nosotros: No conoce el arte de
la navegación
quien no ha bogado en el vientre
de una mujer, remado en
ella,
naufragado
y sobrevivido en una de sus playas. Y con justa medida
está su contraparte que forman el Uno y el Todo de la vida y del amor: “No
conoce el arte de la navegación
quien no ha bogado en los brazos
de un hombre,
remado en el,
naufragado
y sobrevivido en una de sus playas”.
sábado, 6 de julio de 2013
Remos
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Odiseo |
Todos los
inventos nos regalan comodidad,rapidez,eficiencia ,por un lado, y el naufragio
y la muerte por otro lado. Pensemos en el invento de las naves. Cruzan ríos,
lagos y mares pero juegan con el riesgo del error humano o con el desastre de
la naturaleza. Sobreviene el naufragio y conlleva sobrevivencia o muerte. Así
es nuestra vida, una nave. Salimos de un puerto esperanzados, gozosos y con
algunas previsiones pero el mundo de los imponderables es amplio. Cada ser
humano puede hacer en alguna pausa de la vida el inventario de los propios
naufragios: un error, una decisión equivocada, una palabra de más que ya no
volvió al arco que la disparó, etc. El resultado podría ser desalentador,
frustrante un desilusión completa. Pero he aquí que la vida es generosa y
mientras respiremos hay una oportunidad que nos aguarda. Nuestro buen Antonio
Gala bien sabe de navegaciones y anotó en su diario de navegante: Ya nunca más diré: «Todo termina»,
sino:
«Sonríe, alma, y comencemos.»
En nuevas manos pongo nuevos remos
y nuevas
torres se alzan de la ruina. ¡Qué mayor dicha pueda darnos la vida que
poner nuevos remos en nuestras encallecidas manos renovadas!.
Etiquetas:
desventajas,
Gozo,
Imponderables,
Inventos,
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Naufragio,
Oportunidades,
Remos,
Sentido de la vida.,
Sobrevivencia,
Tecnología,
Torres,
Ventajas,
Vida
viernes, 11 de enero de 2013
Zarpar
Un
paseo por la orilla del mar me ha devuelto, entre el romper de las olas, a
darme cuenta que la fascinación y el respeto que me despierta el mar está en la
conciencia de ser un navegante. La vida es en buena medida una suerte de navegación.
Zarpamos del puerto y a un puerto vamos. Todo lo que sucede en el viaje está
salpicado de imponderables entre los cuales se incluye el naufragio posible.
Nada en el navegar es seguro porque el error humano, el descuido, la falta de
atención correcta nos puede desviar, extraviar. Gracias damos a los faros y a
otras ayudas externas e internas como nuestra atención, memoria, imaginación e
intuición que trabajan para que lleguemos al puerto. Así como hay un viaje personal,
este paseo marítimo me ha devuelto la conciencia de ser parte de la gran nave
que es nuestro planeta azul que surca el mar cósmico. Si nuestro viaje personal
está sujeto a los imponderables también nuestro viaje planetario. Cuando veo el
horizonte de nuestra especie humana creo vislumbrar tantas señales
esperanzadoras como otras que son amenazantes y que me alertan sobre la
probabilidad del naufragio de nuestra familia. De nosotros depende y aún
estamos a tiempo.
lunes, 7 de enero de 2013
Tropezarnos con la misma piedra
La
ciencia como la tecnología nos sorprende pues con cada invento que beneficia en
algo a los humanos se genera un problema. Decía Paul Virilio que, cuando se
inventó la primera nave se creó la probabilidad
de un naufragio y su calamidad…desde el primer árbol excavado y convertido en
canoa hasta el Ritz de los Mares o Titanic que se fue a pique con sus lujos,
arrogancia y aires de superioridad en su viaje inaugural de Inglaterra a Nueva
York. Joseph Conrad escribió al año del hundimiento del gran hotel flotante dos
brillantes artículos[1]
que pusieron de manifiesto rasgos de la civilización inglesa que palpita en la
mentalidad tecnológica de hoy a mas de cien años de distancia: Primero, la
confianza ciega en la tecnología, en los materiales …que fallan. Segundo, los
errores humanos como la pobre capacitación de los camareros del gran barco que
no ataron ni desataron ante el problema. Tercero, la mentalidad de los
pasajeros que bajo la insistencia de la propaganda de los empresarios se
convencieron de que el barco era insumergible y estuvieron reacios a subir a
los botes –los cuales no fueron suficientes para la totalidad de pasajeros y tripulantes- Cuarto, el tema
del gigantismo o tamaño que hace
pensar que todo mientras más grande es sinónimo de progreso y no se ve el lado frágil
de los gigantes con pies de barro. Mientras persisitimos en estas inconsistencias
seremos candidatos a tropezarnos dos
veces con la misma piedra.
martes, 21 de junio de 2011
Naufragio
En medio del desierto norteño de nuestro México vi escrito en el mar blanco de una pared este húmedo mensaje que me recuerda a otras travesías de mi largo viaje: Desde que sentí el mar en tus ojos naufragué. Mares azules, aceitunos, de miel, esmeralda, mares son y en ellos no hay humano que este seguro de nunca naufragar. Estoy vivo para contarlo afortunadamente.
sábado, 28 de mayo de 2011
Dichoso 2
Como cantaba mi querido amigo y compañero de escuela no sólo necesitamos techo, abrigo y un mendrugo de pan. En nuestra caja de herramientas es bueno que contemos con tres actitudes ante la vida que nos ayudarán a llegar a casa y nos evitaran más de un naufragio:
Dichoso el hombre que lleva
ventanas de colegial
y corazón de geranio
y perfumes de azafrán.[1]
ventanas de colegial
y corazón de geranio
y perfumes de azafrán.[1]
El tiempo de la escuela es tiempo para abrir la mente –cual ventanal- y extender la visión hasta el horizonte infinito. El tiempo de la escuela de la vida es tiempo para que el rojo geranio mantenga viva la llama sagrada del entusiasmo. Que el talante con el que caminemos por estos caminos deje tras nosotros una estela al gusto de cada cual: azafrán, limonero o madreselva.
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