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miércoles, 20 de abril de 2016

Eso que nos mueve

Todo tiene su tiempo
en el verano las hojas fuertes esta unidas a la rama
un natural apego las mantiene ahí y de esa manera.

En otoño sopla el viento
el mar de hojas inicia el viaje
un buen amigo del sur me dice:

'una hoja en el viento es más viento que hoja
¿qué somos sino eso que nos mueve? '


-Inspirado por MicroPoesia




domingo, 28 de julio de 2013

Navegantes






La montaña para el montañés, el mar para el marinero, el aire para el aviador. Son los elementos primigenios e inspiradores de la vida, el trabajo y el amor con sus venturas y desventuras. Una gran mujer[1],  familiarizada con el mar y sus secretos ,anotó para nosotros: No conoce el arte de la navegación
 quien no ha bogado en el vientre
 de una mujer, remado en ella,
naufragado 
y sobrevivido en una de sus playas. Y con justa medida está su contraparte que forman el Uno y el Todo de la vida y del amor: “No conoce el arte de la navegación
 quien no ha bogado en los brazos
 de un hombre, remado en el,
naufragado 
y sobrevivido en una de sus playas”.








[1] Inspirado por  Cristina Peri Ross, Bitácora "Linguüística general" 1979

domingo, 16 de junio de 2013

A campo traviesa






Vivir en el desierto ,por definición, nos ofrece amplios espacios ,llanos interminables, descanso para la vista sobre un horizonte casi infinito. El desierto es la experiencia  de vivir a campo traviesa que nos hermana con los navegantes en el aire y los navegantes en los mares. Todos vamos a campo traviesa. Musaka Shiki, 1867-1902, fino y sensible poeta japonés  nos regaló un poema con sus observaciones alrededor de lo que sucede en un día y le llamó, A campo traviesa. Una feliz coincidencia…                                          


Fue un sueño increíble,
dijeron 
que me lo había inventado.

La gran mañana:
vientos de antaño
 soplan a través de los pinos.

El día es largo;
mis ojos están cansados
 de mirar al mar.

Cuando cae a tierra
 la cometa 
no tiene alma.

La alondra cantando 
ondula
 las nubes.

En la brisa de la mañana 
se alzan las alondras
 de todo corazón.

El caracol se arrastra 
dos o tres pasos 
y se acaba el día.

La mariposa,
ni siquiera cuando la persiguen 
parece tener prisa.
 





jueves, 6 de junio de 2013

Conspiración






En nuestro desierto el diálogo es el puente entre los seres vivos. No nos extrañe pues que dialoga el perro con la luna o el mar con la playa. Robert Frost[1] dejó anotado que, la lluvia le dijo al viento: Empuja tú que yo azoto-
y tanto hirieron el soto 
que de las flores altivas,
doblegadas pero vivas,
yo sentía el sufrimiento. No nos extrañe observar que el sufrimiento no es fenómeno exclusivo entre  humanos .Sufrimos por la tierra herida, la casa desvencijada, el perrito cojo y la flores azotadas por esa conspiración de la lluvia y el viento.  








[1] R Frost, Arrobamiento.

jueves, 9 de mayo de 2013

Aguas Claras







Le dijo Sebastián  a su nieto allá en el rancho llamado Aguas Claras –en honor a un ojo o manantial de agua purísima-  “Habemos humanos que nuestra alma es calladita, de tierra . Hay humanos con  su alma que arde  y arde como fueguito. Otros humanos  piensan y cantan porque su alma es de airecito, pero he observado que tu eres hijo de las Aguas Claras. -¿Por qué, abuelo? Porque, como las aguas claras, tu alma pasa por los tres estados. -¿Estados? Si, hay días  -los más- que andas ligerito, ligerito como agua. Cuando tienes pesadumbres  te tornas en hielo, pero cuando te llegue el día y te encuentres con la que ya anda por ahí, sabrás que es sentir que te haces ‘purito vapor’ eso que las almas viejas  llaman ‘vapor divino’.”



lunes, 15 de abril de 2013

Los cambios ,las huellas







Cuando pasa un pájaro cruzando el aire, pasa el pájaro, miramos, y no vemos ningún cambio, pero el estado del aire no es el mismo que era antes …así decía José Luis Sampedro para invitarnos a considerar que todos los seres humanos dejamos huellas, es inevitable. Que nuestras huellas sean pequeñas o grandes, superficiales o profundas es cosa de verse pero siempre las dejamos. Así pues, para la transformación de este mundo que parece que sólo es un mercado -donde lo que importa es producir mucho para consumir mucho-   hemos de dejar huellas en otra dirección, como aprender el arte de convivir pacíficamente los seres humanos.