Odiseo |
Todos los
inventos nos regalan comodidad,rapidez,eficiencia ,por un lado, y el naufragio
y la muerte por otro lado. Pensemos en el invento de las naves. Cruzan ríos,
lagos y mares pero juegan con el riesgo del error humano o con el desastre de
la naturaleza. Sobreviene el naufragio y conlleva sobrevivencia o muerte. Así
es nuestra vida, una nave. Salimos de un puerto esperanzados, gozosos y con
algunas previsiones pero el mundo de los imponderables es amplio. Cada ser
humano puede hacer en alguna pausa de la vida el inventario de los propios
naufragios: un error, una decisión equivocada, una palabra de más que ya no
volvió al arco que la disparó, etc. El resultado podría ser desalentador,
frustrante un desilusión completa. Pero he aquí que la vida es generosa y
mientras respiremos hay una oportunidad que nos aguarda. Nuestro buen Antonio
Gala bien sabe de navegaciones y anotó en su diario de navegante: Ya nunca más diré: «Todo termina»,
sino:
«Sonríe, alma, y comencemos.»
En nuevas manos pongo nuevos remos
y nuevas
torres se alzan de la ruina. ¡Qué mayor dicha pueda darnos la vida que
poner nuevos remos en nuestras encallecidas manos renovadas!.
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