domingo, 7 de julio de 2013

Tiempos y espera



La gente de campo en nuestro desierto es vieja observadora y conocedora de los cielos de día y de los estrellados. Los cielos son sus libros, es su cieloteca. Que si el sol desangrado y los cielos rojizos, que si los vientos del sur en la mañana y del norte al atardecer, que si las nubes que asoman por la mañana y se siguen de largo aumentando el ansia de una gota de agua, ¡una!. Y así un día y otro también y la estación de los fríos ,de los brotes y de los escasos frutos, el volar de las hojas y vuelta el frío. Y con el amor sucede lo mismo, ansia y espera, ingrediente esencial. Desde tierras secas y hermanas Antonio Gala nos envió este verso inolvidable: Aceituna en invierno, trigo en verano. No te tardes bien mío, que yo te llamo.[1]




[1] Sevillanas

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