jueves, 28 de julio de 2011

Antes de


Fue nuestro primer día del nuevo curso escolar. Las paredes, el pizarrón, los bancos de estudio olían a pintura fresca y en ese olor se resume que la vida escolar fue para mí un territorio casi sin orillas, atrayente, entusiasmante. Esperamos unos segundos en silencio y apareció nuestro profesor de literatura, no dirigió un breve saludo, tomó un trozo de tiza y como un velero blanco que surca el mar escribió una frase que se convirtió en la divisa de nuestra relación para ese año y en mí para toda la vida. La estela de ese velero decía: Antes de hablar, escucha. Antes de escribir, piensa. Antes de darte por vencido, intenta.... Mi navegación aún no ha terminado, sigo practicando el escuchar, el pensar y el intentar.

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