Cuando llegué a nuestro desierto aprendí
a reconocer la llegada del invierno no por los anuncios de la Oficina Meteorológica
sino por mi amigo Esteban quien me dijo: Cuando
vea usted a los indígenas cortar leña apresuradamente durante varios días
seguidos es porque el frio esta a la vuelta de la esquina. Nunca he
olvidado esa sabia advertencia. Y cuando ha llegado el invierno resurge al
interior de nuestras cuatro paredes y bajo la protección de nuestros fogones un
sin número de recuerdos familiares y de nuestras infancias. Hay un hombre del
desierto ,nuestro querido Carlos Montemayor que dejó escrito lo siguiente:
…Estoy aquí, en la casa, a solas.
Aquí están los muebles, el aire, los ruidos.
Tengo un sentimiento tan transparente
como el vidrio de una ventana.
Es como la ventana en que miraba la nieve
al amanecer,
hace muchos años, cuando era niño.,
y pegaba la cara contra el cristal y
comprendía toda la vida... [1]
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