domingo, 23 de diciembre de 2012

Creer en las personas



  Contrario a lo que se tiene por más común ,un muchachito volvió a casa  y cuando su padre le preguntó por qué traía los ojos rojos de llorar le dijo por tres veces:¡Ya no creo en el amor, ya no creo en el amor, ya no creo en el amor! El papá, hombre que sabía escuchar, esperó a su hijo y éste le contó de su desconsoladora ruptura con su novia. El papá siguió esuchando.Pasó el tiempo y cuando el mejor amigo de este muchachito se vio en una situación parecida, recibió este comentario: Hace unos meses me desahogue con mi papá y el me hizo sólo una observación valiosa: Mira hijo, es muy fácil decir, Ya no creo en el amor. El asunto verdadero es la dificultad que tenemos para creer en las personas. 

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