Un hijo de un amigo muy querido en el pueblo
cayó gravemente enfermo y los médicos y la gente pensó que no sobreviviría. La
gente del poblado pequeño quería mucho al niño y se reunió en la capilla del
pueblo -durante algunas tardes- para rezar por él y para que recuperara la
salud y volviera la alegría a su familia. Cuando el niño dio señales de mejoría
,la gente fue con su papá a felicitarlo,pero el papá del niño estaba triste. La
gente le preguntó por la causa de su tristeza y el papá dijo: Mi niño querido
ha mejorado gracias a que ustedes se reunieron y rezaron y se los agradezco de
corazón ,pero ¿qué pasa con los otros niños?.
Cuando se enferman la capilla no tiene gente que se reuna, ni que rece
por ellos. -Historia del desierto que me
contó mi amigo David.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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viernes, 6 de noviembre de 2015
jueves, 11 de septiembre de 2014
Contar
Mi padre nos contaba un cuento interminado que duró toda mi infancia. Con ese cuento aprendí mucho
sobre todos los cuentos. Considero que fue la versión andina de las mil y una noches.
Comenzaba donde lo dejó y lo dejó donde la ola estaba a punto de romper y así
nos dormíamos. Aventura, combate, amor, paciencia, perseverancia, imaginación, buen
humor, frustración en cantidades, volver
a empezar y gritos, muchos gritos de aliento al protagonista fueron nuestro
coro. Mi padre nos contaba un cuento interminado que duró toda mi infancia. Hoy, bajo otros cielos y en
otras tierras me encanta escuchar cuentos, leer cuentos, contar cuentos sobre
el gran cuento que es la vida. ¿Qué hacen los cuentos? Los cuentos son las
arañas mágicas de diferentes colores y voces que tejen los finos hilos que nos
conectan a todos los humanos. Ellas son las verdaderas artífices de la red de
redes y lo que hoy tenemos para comunicarnos globalmente es un remedo, una
copia de su laborioso tarea: tejer. Los cuentos tejen con diferentes hilos una
gran cuerda, una hermosa red que nos da soporte y nos permite caer en blandito
de vez en cuando. Esa red la llaman algunos la solidaridad humana.
viernes, 5 de julio de 2013
Bufanda
Suele
decirse y suele creerse que hay mas viudas que viudos en este mundo por el
asunto de las guerras o porque el hombre se agota más pronto en las trincheras,
en las líneas de producción, arando la tierra de sol a sol o vendiendo de casa
en casa. Sea como fuere ¿qué sucede cuando el asunto es al revés?. ¿Qué sucede
cuando mi padre, mi tío, mi abuelo, mi viejo profesor y mi buen amigo se han
quedado solos en la orilla, porque acaban de despedir a su amor en el viaje sin
vuelta? Sabedor de esos tránsitos inevitables y doloridos mi querido Antonio
Gala se hizo cargo del asunto y apuntó para acompañarnos en el desconsuelo
brindándonos consuelo: Agosto[1]
miente, amor, y siento frío.
Sin la tibia bufanda de tus brazos
aterido sucumbe
el cuello mío.
sábado, 30 de marzo de 2013
Leer, amar, soñar
Hace unas horas me llegó una invitación
de un Club del Libro que cumplirá 20 años de reunirse por el placer de la
lectura y de la amistad. Me he preguntado ¿cómo se hace un lector?. En la tarea, además de una mínima
inclinación o predilección, esta la presencia familiar, escolar y otras
circunstancias venturosas de la vida como lo que le sucedió aun buen amigo que
se encontró un libro sin tapa en un
parque que le cambió la vida y lo introdujo en el reino de la lectura: Las
meditaciones de Marco Aurelio. Cada cual de nosotros tiene su propia historia
de cómo se hizo lector. En mi caso particular, cuenta sin duda la presencia de
mi padre quien me acercó con cariño los libros para que los probara, como se
echan unos granitos de maíz a los
gorriones por la mañana. A esta invitación se sumaron mis queridos profesores
que circularon a lo largo de mi escuela hasta la universidad. Hoy resumo esta
mínima historia con una de los comentarios de mi buen Jorge Luis Borges que más
me llegan al respecto: El verbo leer, como el verbo amar y el
verbo soñar, no soporta el imperativo. La lectura debe ser una de las formas de
la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz. Magnífica trilogía –leer, amar,
soñar- para ser cultivada
cotidianamente, como se cultiva el propio cuerpo con ejercicio, la imaginación
con historias y cuentos, y la amistad con acciones generosas y desinteresadas
al compartir nuestras lecturas y libros.
domingo, 23 de diciembre de 2012
Creer en las personas
Contrario a lo que se tiene por más común ,un muchachito volvió a casa y cuando su padre le preguntó por qué traía los ojos rojos de llorar le dijo por tres veces:¡Ya no creo en el amor, ya no creo en el amor, ya no creo en el amor! El papá, hombre que sabía escuchar, esperó a su hijo y éste le contó de su desconsoladora ruptura con su novia. El papá siguió esuchando.Pasó el tiempo y cuando el mejor amigo de este muchachito se vio en una situación parecida, recibió este comentario: Hace unos meses me desahogue con mi papá y el me hizo sólo una observación valiosa: Mira hijo, es muy fácil decir, Ya no creo en el amor. El asunto verdadero es la dificultad que tenemos para creer en las personas.
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