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jueves, 11 de septiembre de 2014

Contar





Mi padre nos contaba un cuento  interminado que duró toda mi infancia. Con ese cuento aprendí mucho sobre todos los cuentos. Considero que fue la versión andina de las mil y una noches. Comenzaba donde lo dejó y lo dejó donde la ola estaba a punto de romper y así nos dormíamos. Aventura, combate, amor, paciencia, perseverancia, imaginación, buen humor,  frustración en cantidades, volver a empezar y gritos, muchos gritos de aliento al protagonista fueron nuestro coro. Mi padre nos contaba un cuento interminado que duró toda mi infancia. Hoy, bajo otros cielos y en otras tierras me encanta escuchar cuentos, leer cuentos, contar cuentos sobre el gran cuento que es la vida. ¿Qué hacen los cuentos? Los cuentos son las arañas mágicas de diferentes colores y voces que tejen los finos hilos que nos conectan a todos los humanos. Ellas son las verdaderas artífices de la red de redes y lo que hoy tenemos para comunicarnos globalmente es un remedo, una copia de su laborioso tarea: tejer. Los cuentos tejen con diferentes hilos una gran cuerda, una hermosa red que nos da soporte y nos permite caer en blandito de vez en cuando. Esa red la llaman algunos la solidaridad humana.

jueves, 24 de abril de 2014

Memoriosos,desmemoriados

GPH
Hay dos tipos de personas en nuestro desierto.Los memoriosos y los que no lo son tanto. Los primeros llevan la cuenta de cuándo fue la nevada más abundante en los últimos sesenta años y cuantos años duró la mas terrible sequía y qué fue la última comida que comieron durante el el eclipse total del sol.Los desmemoriados disfrutan el vivir hoy simplemente y de todo lo demás el tiempo se encarga de regar la fina capa de arena que todo lo cubre. Por eso, hay gente que puede decir despreocupadamente: de eso... no me acuerdo y de aquello tampoco. Por lo contrario, los memoriosos suelen tener insomnios terribles en luna llena, pues no recuerdan si el cometa Halley cruzó el desierto en 1998 o 1999. Por todo lo dicho hoy me iré a dormir con la apacible sonrisa cómplice con lo que, una noche, anotó el Gabo: La vida no es la que uno vivió sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla.