Dios nos da las manos, pero no nos construye los puentes fue el primer proverbio –inglés- que escuché en mi vida relacionado con los
constructores y con el papel humano en la transformación de la naturaleza. El segundo proverbio fue de
origen ruso y decía así: Quien nunca ha
construido una casa, cree que los postes crecen solos. De ahí se deriva uno
de los personajes y uno de los oficios más antiguos e importantes en nuestra
cultura, el constructor, el albañil –palabra castellana, de origen árabe al-banní , que designa a la persona
hábil y con conocimientos en el arte de construir, modificar, reconstruir y
remodelar construcciones. Veamos al horizonte y descubriremos que todo lo que
no sea llamado naturaleza es llamado cultura y la cultura es fruto de las
manos humanas. Casas, puentes, edificios, civiles, militares, religiosos,
gubernamentales, monumentos, carreteras, puertos de tierra, aire y mar, canales
y una larguísimo etcétera existen gracias a las manos y el sudor de los
albañiles –con la dirección de
los maestros de obra, arquitectos e ingenieros. En este oficio se resumen
muchas ciencias y conocimientos prácticos que dan como fruto las obras
contemporáneas más atrevidas. Las construcciones y el arte del albañil son una lección constante de actitudes como el
orden para ir paso a paso, la constancia, la perseverancia y la humildad ante
los errores además del desprendimiento pues no son los albañiles quienes
disfrutan de las obras construidas –las más de las veces sino dueños anónimos.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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