martes, 3 de junio de 2014

Prosperar




GPH
Una huella indeleble que se nos queda en el alma humana es la del buen trato recibido. Cuando se es niño y joven es un tesoro sentirse apreciado,reconocido,alentado por los mayores, con mesura, sin regateo, sin exageraciones. En mi experiencia personal recuerdo con infinita gratitud a quienes así me trataron y creyeron en mí. En consecuencia deseo no escatimar nunca una palabra de aliento y reconocimiento a los niños y a los que inician su camino en el campo de su predilección como puede ser conocer,descubrir,ser diestros y hábiles en las ciencias, las artes, la comunicación etc. Uno de mis queridos maestros me regaló esta brevísima expresión que procuro vivir: Elogia a los jóvenes y prosperarán. Lo contrario,la carencia y ausencia de sano elogio da como fruto niños y jóvenes con poco aliento, con escasa confianza y alegría para consigo.

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