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martes, 23 de febrero de 2016

Maestro Miguel


El gran maestro Dr. Miguel León-Portilla ha cumplido 90 felices años de vida en nuestro mundo. 
Ha iluminado la oscuridad de las raíces de nuestro pasado.
Nos ha devuelto una visión de los vencidos  en el drama de la conquista española sobre México. 
Nos ha ayudado a comprender la visión del ser humano, del mundo y del para qué vivir de los antiguos mexicanos y de los mexicanos indígenas de hoy.
Nos ha puesto ante  la palabra, la flor y el canto de los mexicanos originarios representados en el gran poeta gobernante Nezahualcóyotl:

“Ahora lo sabe mi corazón,
escucho un canto,
contemplo una flor,
ojalá no se marchite”

Que no se marchite lo más humano en nosotros,
Que no se marchite nuestra sensibilidad para apreciar lo sencillo
Que no se marchite nuestra sensibilidad para sentir con el otro, su gozo y su dolor.

Si el corazón lo sabe, no hay que temer.


-22 Febrero,2016

martes, 3 de junio de 2014

Prosperar




GPH
Una huella indeleble que se nos queda en el alma humana es la del buen trato recibido. Cuando se es niño y joven es un tesoro sentirse apreciado,reconocido,alentado por los mayores, con mesura, sin regateo, sin exageraciones. En mi experiencia personal recuerdo con infinita gratitud a quienes así me trataron y creyeron en mí. En consecuencia deseo no escatimar nunca una palabra de aliento y reconocimiento a los niños y a los que inician su camino en el campo de su predilección como puede ser conocer,descubrir,ser diestros y hábiles en las ciencias, las artes, la comunicación etc. Uno de mis queridos maestros me regaló esta brevísima expresión que procuro vivir: Elogia a los jóvenes y prosperarán. Lo contrario,la carencia y ausencia de sano elogio da como fruto niños y jóvenes con poco aliento, con escasa confianza y alegría para consigo.

lunes, 6 de enero de 2014

Dar a luz



Cada uno de nosotros somos seres sensibles, sintientes, imaginativos, creadores y para expresar nuestra riqueza y belleza interior elegimos una o varias puertas para compartirle al mundo eso que somos. Lo hacemos con palabras, colores, materiales, aromas, texturas, sonidos, sabores. Lo que expresamos primero se formó en nuestra mente y ahí maduró hasta que llegó el instante preciso para comenzar el dar a luz, un parto que puede ser breve o largo, suave, intenso y hasta doloroso pero llamado a ser feliz y a dar felicidad a muchos. Manuel del Cabral, amigo, anotó una metáfora bella al decir: ¡Siempre habrá un alfarero con su sueño en los dedos!








sábado, 16 de noviembre de 2013

El reciclaje humanizado




Cuando fui niño aprendí a nombrar a otros seres humanos   -de acuerdo con lo que me enseñó mi cultura-   Ella y yo hemos cambiado. A las mujeres que ayudaban  a las familias con las tareas domesticas se les llamaban sirvientas y a los trabajadores en la construcción peones y a las mujeres que se prostituían se les llamaba putas,meretrices o prostitutas. Ahora a esos seres humanos se les llama Trabadoras en el Trabajo Doméstico, Trabajadores de la Construcción y Sexo Servidoras. ¿Ha sido sólo un cambio de nombre? No, ha cambiado la mentalidad y ha despertado la sensibilidad, el respeto y la compasión genuina que no es lástima. A los recolectores de la basura se les llamó los basureros. En Brasil se van socializando, se han visto a sí mismos con otros ojos y han auto dignificado su trabajo sabiendo que  -si ellos no lo hacen-  las ciudades se ahogan en basura, se generan epidemias, plagas y muerte. Hoy se han organizado como Trabajadores para el reciclado de los desechos, se han tornado visibles, han profesionalizado sus habilidades y se plantan visible y dignamente ante los demás ciudadanos haciendo ver y valer el aporte de su trabajo individual y comunitario. Podemos decir que los seres humanos no sólo reciclan desechos sino que nos reciclamos a nosotros mismos si nos devaluamos por la razón que sea. Así pues la dignificación de nuestro ser y de nuestro quehacer no es algo que descienda de arriba y del poder, sino que ha de surgir de nosotros mismos reunidos en comunidades auto dignificadas. 



domingo, 17 de marzo de 2013

El valor de las diferencias







Tenía yo escasos 12 años cuando escuché dos hermosos conciertos para violín  -Max Bruch y Félix Mendelssohn- interpretados  por el magnífico Yehudi Menuhin. En ese tiempo sólo podía admirarlo como lo que fue -un solista y director de orquesta espléndido. Pasaron los años y fui descubriendo otras facetas de su vida y entre ellas destaco su dedicación para que la música no se quedara en un placer para los oídos en millones de seres humanos sino que fuera un instrumento para transformar nuestra sensibilidad, iluminar nuestra conciencia y mejorar nuestra relaciones interpersonales. Este buen hombre le dio la vuelta  al planeta y bien supo de las diferencias entre los seres humanos desde pequeños hasta ancianos. Cuando le preguntaron, en cierta ocasión, qué hacer con los niños con la ayuda de la música, comentó con luminosas palabras: Reconciliar al mundo es demasiado ambicioso, pero al menos se puede formar a los niños para ser respetuosos hacia las diferencias, que son lo único que nos permite aprender: Si todos fuéramos iguales, no podríamos ofrecernos nada unos a otros.