UNICEF.Young syrian refugee |
Ancianos, hombres, mujeres,
jóvenes, niños caminan cientos de kilómetros, cruzan el mar, los ríos, montañas,
desiertos.
Entre sus pocas
pertenencias, los jóvenes no se separan de sus teléfonos personales. La razón
no es porque puedan hacer llamadas telefónicas sino porque el aparato guarda en
su memoria las ultimas fotografías,música y video de sus seres amados que
quedaron allá, de sus hogares, pueblos y patria.
¿Qué nos muestran? Campos
verdes, puestas de sol, sus pequeños valles, el río que lo surca, nubes en lo
alto, sus perros y caballos. Mundos dentro del mundo que se desmorona en
pedazos .
Pese a ello buscan más allá
de las oscuras nubes y del mundo salvaje
y se abrazan de la esperanza aunque saben que nadie les espera en su
destino y que volver pese al dolor no
entra en sus planes.
Con sus variaciones sobre el
mismo tema, esta caravana de tristeza no nos es ajena en la gran patria
latinoamericana.
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