Así nos deja el terremoto, el huracán o el incendio abrazadores una fotografía instantánea, sorpresiva. No hay preparación para salir bien en la foto. Lo que cultivamos se presenta en primer plano bajo el reflector y queda expuesto a nuestra mirada y la del mundo entero. De vez en cuando estamos puestos a prueba en diversas tareas como: organización, comunicaciones, previsión, solidaridad, generosidad. Se puede fabricar una imagen un ídolo, una escenografía toda de cartón, pintura y engrudo. Todo es puesto a prueba. Llega el día, en que no se puede tapar el sol con un dedo. Para mi sorpresa escucho que se habla de desastres naturales que azotan a la humanidad. Me parece que la naturaleza se manifiesta en muchos fenómenos naturales. Lo desastroso es la incapacidad, falta de previsión, temeridad, corrupción, irresponsabilidad humana ante las circunstancias. Fenómenos naturales siempre los hemos tenido y los tendremos. La parte humana de madurar y hacernos responsables, es una tarea social permanente. Esto vale para Haití, Chile, México,China y el reciente derrame de pétroleo en el Golgo de México que se ha convertido en el mayor desastre humano de ese tipo que se conozca y cuyas consecuencias se consideran de horror.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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viernes, 25 de junio de 2010
miércoles, 14 de abril de 2010
Dormidos y despiertos
En este siglo 21 vamos de asombro en asombro y de sorpresa en sorpresa por las sacudidas de los fenómenos naturales. Somos testigos del paso de un devastador huracán y tsunami en Indonesia, de Katrina el huracán que ahogó a Nueva Orleans, el terremoto de Haití con un cuarto de millón de seres humanos muertos y un terremoto y tsunami en el centro y sur de Chile. Estos sucesos se volverán a repetir y están más allá de poder de nuestras manos. Lo que sí está de nuestra parte es la habilidad de prever, organizarnos y tejer fuertes vínculos que nos permitan afrontar con entereza y sabiduría esos embates cíclicos – los cuales no tienen la intencionalidad de dañarnos. Cuando le damos la espalda a esas realidades y las echamos al olvido será bueno recordar las viejas palabras: La muerte sorprende al hombre que, aturdido y distraído por el mundo, sólo se preocupa de su rebaño y sus hijos. La muerte lo atrapa como una riada que arrasa una aldea dormida. A diferencia de los demás seres vivos, los seres humanos somos los únicos en este planeta que tiene la consciencia de la muerte y sólo él la percibe. Esta consciencia puede operar grandes y positivos cambios en nuestra forma de vivir y de relacionarnos.
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