sábado, 20 de abril de 2013

De puño y letra






Wallace Hartley a sus 33 años de vida dirigió la banda de música que tocó en el  RMS Titanic en su primer y único viaje . Embarcó en Southampton y tomó una hoja membretada de la White Star Line, la compañía naviera propietaria del Titanic y envió una carta de su puño y letra a su familia expresándoles sus impresiones de semejante viaje y el magnífico barco.Hartley murió en el hundimiento el 15 de Abril de 1012, se rescató su cuerpo y fue enviado a Colne su pueblo natal al norte de Inglaterra. La carta ha sido subastada y se pagó  107,880 euros.  Quien la vendió y quien la compró han de tener sus razones. Me llama poderosamente la atención otro hecho. El valor, la presencia, el vínculo que se crea al escribir a mano, de puño y letra, con tinta, con pluma fuente, doblar el papel, cerrar el sobre, poner el sello postal y depositar la carta en el buzón del correo…imaginando lo que despertará en el otro lado, cuando el cartero llame a la puerta y alguien tome ese sobre que lleva una forma sensible de mi presencia. Lo curioso es que estas líneas las escribo ,no a mano, sino en la computadora. De aquí concluyo que sin dejar de ser hermoso y lleno de sentido el hecho de escribir a mano ,más importante es considerar que lo radical es la necesidad de expresar lo que en nuestra alma germina y busca a la luz. La escritura en sí misma y el medio del que nos valgamos son eso, medios. Ayer, el medio fue la superficie de una tableta de barro cocido, la corteza de un árbol, un papiro, pergamino, papel pero hoy el medio es electrónico pero el fin es el mismo: expresar. No deja de regocijarme que esa carta enviada desde el Titanic es inspiración para esta Carta del Desierto escrita para todos ustedes, queridos lectores 101 años después.






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