domingo, 19 de octubre de 2014

Ser lo que estamos llamados a ser





Hay una tensión cuando conversamos sobre quién es el ser humano. Unos optan por decir que el ser humano está deshumanizado y que hay que re humanizarlo y otros opinan que cada cual es responsable de su humanidad  y así otras posturas. Pero cuando le preguntamos a los poetas, a los místicos  y sabios las cosas se ven un poco diferente. Entre los sucesos, el tiempo y su pátina, el cansancio y sus huellas, los errores ,los dolores y sus cicatrices, todo conspira para que el ser humano sea casi imperceptible e irreconocible debajo de esa corteza, de esa hojarasca. Mi querida Ana Kamienska escribió en su amada Polonia: Señor devuelve a las cosas su esplendor perdido,
reviste al mar con su magnificencia de siempre 
y vuelve a cubrir los bosques con sus variados colores, 
retira la ceniza de los ojos,
 limpia el amargor de las lenguas,
 haz caer agua pura que se mezcle con las lágrimas,
 permite que nuestros muertos duerman en el verdor
 que nuestro obstinado pesar no logre detener al tiempo 
y que el corazón de los vivos florezca con el amor.[1]  Algunos objetarán si esta es una tarea para Dios o es responsabilidad de los humanos. Mientras eso se dilucida intuyo que cada corazón humano anhela, en el fondo de su ser, que seamos lo que estamos llamados a ser.












[1] Anna Kamieńska: poemas 
Traducción de Anna Sobieska y Antonio Benítez Burraco. Drugie szczęście Hioba
[La segunda dicha de Job]
Petición(1974)


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