Desde temprana edad aparendimos a tener a la inteligencia en
alta estima y a su prima hermana la lógica. La tragedia es que por poco nos
olvidamos que tenemos “memoria”. Gracias a ella podemos saber quién somos pues
no lo olvidamos en el sueño y al despertar sabemos quién somos y cómo encaminar
los pasos.
La memoria ejerce dos movimientos siendo uno para guardar y
el contrario para olvidar. Olvidar es más una dicha y una forma de felicidad a
veces.
Pero hay ciertas contradicciones mortificantes como las
cosas que más deseamos olvidar ¡son las más recordadas! La memoria suele ser
necia pues cuando la llamamos ella voltea para mirar a otro lado. La memoria
suele ser obsesiva para traernos con lujo de detalle todo lo que nos apena y
mortifica y en lo que podríamos tener
gusto y gozar es desaliñada,descuidada y nos deja con la ganas insatisfechas.
El colmo es que la gente sabia de nuestro desierto dice: “el
remedio para los males es olvidarlos pero llegado el momento ¡no recordamos el remedio! Sentirnos por
instantes en el cielo o en el negro infierno es debido a las jugarretas de …la
memoria con sus recuerdos y sus …olvidos.
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