El panorama de nuestra patria que en alguna
medida es reflejo de la globalización mundial y también es creadora de malestar
que exportamos se caracteriza por una trilogía o trinidad de la provisionalidad de experiencias vividas: La perplejidad, es un estado mental y
emocional en el que experimentamos confusión o asombro ante las situaciones
tremendas de la vida diaria y no sabemos qué hacer, qué pensar y menos cómo
actuar. La incertidumbre, que es la
falta de conocimiento y de confianza que
experimentamos con inquietud sobre lo
que hacen nuestros gobernantes, legisladores, jueces, militares y los medios comerciales de información. La inseguridad, la experimentamos
diariamente como la propensión que tenemos de recibir un daño en nuestras
vidas, patrimonio y en nuestras libertades cívicas para manifestarnos ante el
desorden establecido bajo aparente orden social. Uno de los efectos de esta
trilogía de la provisionalidad es sentir que somos una nave a la deriva y que
no sabemos a dónde nos dirigimos exactamente como nación.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
Mostrando entradas con la etiqueta Inseguridad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Inseguridad. Mostrar todas las entradas
sábado, 5 de marzo de 2016
La trinidad provisional
Etiquetas:
Desorientación,
Incertidumbre,
Inseguridad,
Nación,
Navegación,
Orientación,
Perplejidad,
Profesionalidad,
Sentido.,
Trilogía,
Trinidad,
Vida
martes, 29 de junio de 2010
Cita infalible
Otro rasgo que me llama la atención de nuestra manera de ser humana es la búsqueda empeñosa de seguridad. Seguridad en los dineros, seguridad en la salud, seguridad en los amores. Y el tiempo y los días nos enseñan que esas seguridades son espejismos en la navegación por estos mares desérticos. Pese a todo, hay algo inefable, hermoso, consolador, balsámico y dulce para quienes andamos de trashumantes en esta tierra que nos llega, cada mes, y la honda voz de Benedetti nos lo recuerda:
En el jardín, noche a noche la luna,
besa los árboles
En el jardín, noche a noche la luna,
besa los árboles
Suscribirse a:
Entradas (Atom)