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martes, 12 de julio de 2011

Dos bocas hambrientas


Nuestro tiempo esta preñado de contradicciones. Una de ellas es que en nombre de la promoción de la vida, lo que construimos  es la cultura de la muerte. Estos tiempos proclaman que aman la vida pero los últimos 100 años son el muestrario más terrorífico de muerte, guerras de gran escala ,de gran crueldad y de gran cinismo teniendo como pseudo justificación no otra cosa que defender un estilo de vida consumista que tiene como único horizonte la comodidad, el placer y la abundancia a cualquier precio. Todo el planeta con sus recursos naturales y humanos está al servicio de unos pocos países donde no se intenta seriamente la autocritica sobre el estilo de vida sin límite alguno en la práctica. No es de extrañar que esas contradicciones sistémicas cargadas de violencia visible e invisible produzcan respuestas  llamadas terroristas  -que son convulsiones sociales violentas de contrapeso para el sistema predominante. Pero ¿qué pasa en el interior de los seres humanos?. Nuestro interior se convierte a menudo en un caldero hirviente de sentimientos y resentimientos, de frustración y de odio y necesitamos darnos cuenta. Para acercarnos modestamente a esta problemática les comparto un pequeño cuento búdico que viene muy bien para este desierto, para nuestra patria mexicana y  para el mundo entero cargado de dolor, sufrimiento y destructividad.

Un viejo estaba hablando con su nieto y le decía:
- Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón. Uno de los dos es un lobo enojado, violento y vengador. El otro está lleno de amor y compasión.
El nieto preguntó:
- Abuelo, dime, ¿cuál de los dos lobos ganará la pelea en tu corazón?
El abuelo contestó:
- Aquel a quien yo alimente.




sábado, 3 de abril de 2010

Fontana láctea

Una cosa es leer sobre los perros y los lobos que aúllan en la noche de luna llena. Algo diferente es que alguien te cuente sus memorias de escuchar a los perros y lobos aullando en la noche de luna llena. Lo indeleble es haber escuchado durante horas a mis compañeros caninos unido al coro de los lobos del desierto aullando en la noche de luna llena. Un aullido no lastimero sino amoroso al sentir a la luna como fuente de leche tibia o queso camembert. Aullido amoroso bajo el velo plateado, vaporoso, que mece suavemente, los sentires de perros, lobos y humanos bajo la luna llena en el desierto. Mañana será mañana, en esta noche nos sumergimos en la fontana láctea amorosa…la prístina fontana.